Cuando observamos los tiempos que nos
rodean y la maldad que nos inunda, podríamos decir como muchos que “todo tiempo
pasado fue mejor”. Es posible que la maldad haya tenido algún tipo de
desarrollo o que los hombres de ahora
sean más malos que los de antes?.
La verdad quisiera pensar que si y que
todo ese entorno de alegría, paz y seguridad que me rodeaba cuando era niño era
cierto; pero no. La mano primeramente protectora de Dios a través de mis
padres, hicieron de ese tiempo algo ideal, que no sólo me guardaba de peligros
en mi día a día, sino que no me permitió ver la realidad que me rodeaba por
varios años.
Evidentemente han surgido otras formas
de hacer el mal; el desarrollo del conocimiento humano reflejado en tecnología
y relativa riqueza, hace que la maldad haya evolucionado de alguna manera; pero
su esencia es la misma.
La profesión más antigua del mundo
sigue y de manera inimaginable para tres generaciones atrás. Hoy este flagelo
no se circunscribe a los bares de mala muerte, a ciertas calles de las ciudades
o a lujosas casas clandestinas para los pudientes.
Esta se encuentra disfrazada de muchas
formas, en la moda, la farándula, la televisión, el cine o el internet entre
otras. Ya no hace falta acudir a un sitio específico para pecar de esta forma,
sino que desde la oficina o la casa se puede hacer.
El pecado sigue siendo la base de la
decadencia y todos los imperios han fracasado por esto. Revisamos la historia y
es patente el origen de su fin, no sólo por el estado de deterioro moral de la
sociedad; sino por que la mano de Dios ha estado ahí para seguir con su plan.
Otro flagelo patente en el mundo de
hoy es la corrupción, desde el individuo menos favorecido de la sociedad hasta
el más encumbrado y prestante; pero para no ir tan lejos, encontramos éste de
muchos ejemplos en la Biblia y que tiene que ver con el apóstol Pablo: “Esperaba también con esto, que Pablo le
diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y
hablaba con él” (Hechos 24:26).
Es algo vergonzoso
tanto en el pasado como en la actualidad, que se viva para esto y que la
encontremos tan enquistada en la forma de vida del hombre. Basta mirar a
nuestro alrededor, para ver a cientos de personas en las entidades del estado que reciben su salario sin
merecerlo.
Ésta es una reflexión que lo invita apreciado
lector, a sopesar sus motivaciones y si éste es el mundo que hubiera querido
para usted o el que quiere para sus hijos. Cree usted que vale la pena un mundo
de estos como para rechazar la invitación que nos hace el Señor en su hijo
Jesucristo?
Cristo no sólo es el
hombre y nombre que dividió la historia, es la única opción para toda la
humanidad; pero en especial para los que quieren un futuro eterno diferente.
REFLEXIÓN: El pecado
tuvo un comienzo, Cristo es el fin del mismo!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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