Días atrás, conversaba con una amiga a
la que hemos estado acompañando por varios meses con su familia en la parte
espiritual. Una mujer con su título y capacidad de trabajo, pero sola y con unas
hijas para levantar.
Once meses atrás, estaba sumida en la
desesperanza por la falta de provisión
como cabeza de familia que es. Su angustia traspasaba los límites de su
casa y se veía abocada a depender de sus padres y hermanos con sus
implicaciones.
Hoy ya tiene la esperada provisión, puede
cubrir los gastos, pero lucha con las condiciones propias de un trabajo que
implica envidias, chismes, intrigas, abusos y otras por parte de su jefe y compañeros.
El acompañamiento nuestro, ha tenido
que ver en su relación con Dios como parte definitiva de su bienestar personal
y familiar. “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la
luz de la vida.” (Juan 8:12).
El Señor tiene un propósito para la
vida de cada ser humano y éste se encuentra enmarcado en Su hijo Jesús, como único
camino para restablecer esa relación rota y acercarnos al Padre.
A pesar de nuestra intervención con
verdades bíblicas, en charlas en las que se han involucrado los demás miembros
de la familia, vemos lo complicado que es remover todos esos conceptos
preinstalados en el corazón de la gente y que los mantiene anclados a la
religiosidad.
El resultado es evidente; sigue
sufriendo y lo seguirá haciendo hasta encontrarse con el objeto de su vida que
es Cristo. “Yo soy el camino” dijo el Señor y no hay nada que pueda reemplazar
ésta máxima para la humanidad.
El trabajo está crudo aún con ella y
será sólo de la mano Dios y con perseverancia, que esta persona sumida en la
desesperanza podrá salir adelante. Se trata de mover una fe puesta en lo que “no
es” por años, para lograr ver la luz de Cristo y encontrar un propósito para
sus vidas.
REFLEXIÓN: La reingeniería no sólo se
hace en las empresas, se hace en los corazones de los incrédulos!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
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BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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