“Y si alguno prevaleciere contra
uno, dos le resistirán; y cordón de
tres dobleces no se rompe
pronto”
(Eclesiastés 4:12)
La Biblia es clara cuando habla de un cordón
de tres dobleces refiriéndose al matrimonio basado en principios bíblicos. Incluye
en este trio irrompible a Dios, al esposo y la esposa como una unión difícil de
disolver.
Esto en razón de la importancia del aporte de
otro u otros miembros de la familia en el sostenimiento y bienestar de la misma.
Algunas veces nos encontramos, con momentos de tristeza o cansancio, que son
inevitables en la vida de un ser humano.
Se experimenta cansancio, carga y hasta desesperación
en la tarea de liderar, empujar y ministrar a los propios. Este es un problema
que vemos en otros escenarios desde cuando Moisés lideraba al pueblo de Dios.
Vale la pena decir que éste no era un pueblo
fácil y encontramos como en una visita de su suegro el sacerdote Jetro, éste
varón guiado por el Señor le sugiere delegar algunas tareas en personas entendidas
para hacerlo.
En todo participaba y cuando Josué hijo de
Nun, fue con otros seiscientos mil hombres del ejército para pelear contra los
amalecitas, encontramos que la victoria no dependió de la habilidad este hombre
para la guerra, sino de que Moisés mantuviera levantados sus brazos con su vara
desde el collado.
Cuando Moisés los bajaba, Israel perdía y fue
así como Aarón y Ur, debieron ayudarlo a mantener sus brazos arriba para logar
la victoria. No sólo debía atender el día a día con los problemas del pueblo,
sino que hasta en la guerra debía intervenir (Éxodo
17:11).
Otro ejemplo lo encontramos con Elías, hombre
muy usado por Dios y que en su desespero frente a un panorama difícil de
persecución, pide al Señor que le quite la vida si ha hallado gracia delante de
Él (1 Reyes 19).
Gracias a Dios y como lo afirma la Palabra “si
alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán” y éste varón fue afirmado en
el camino dándole la victoria frente a sus enemigos.
En a familia la esposa exhorta con Palabra, los
hijos oran; pero todos deben doblar rodilla. Que privilegio saber y descansar,
en que la Palabra se cumple y se seguirá cumpliendo para sacar adelante los
propósitos de Dios.
No importando las luchas, mi esposa y mi hijo
son de muy grande ayuda. Sus oraciones y corazones dispuestos para hacer la
voluntad de Dios son esa oportunidad bíblica de delegar algunas cargas como lo
hizo Moisés; pero que la gloria sea sólo para Dios!
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- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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