martes, 8 de marzo de 2016

LIBRE



 “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Romanos 5:18)

Cuenta la historia, que un día Abraham Lincoln estaba en un mercado de esclavos, y miró a una joven y bella esclava, que estaba siendo vendida en una subasta pública. Hombres mal intencionados participaban para ganarla, entonces Lincoln empezó a ofertar por ella.

Finalmente y luego de una fuerte puja fue vendida, pero no a uno de esos maleantes; sino a Lincoln. Él tomó el certificado de venta que la hacía de su propiedad  y tomándola aparte se lo entregó a ella diciéndole: “Eres libre. Ella en su incredulidad le preguntó: A qué se refiere con ser libre, y él volvió a decirle: “eres libre”. 

Libre para hacer lo que desee, y él le respondió: “sí”; libre para decir lo que quiera, y él le contestó: “sí”; libre para ir a dondequiera ir y él le respondió: “si”. Su sorpresa no daba espacio para creer lo que escuchaba, era “libre”.

Toda su vida estaba circunscrita a los espacios de un esclavo, en una sociedad que los despreciaba, explotaba, maltrataba hasta la muerte. De manera sorpresiva ella dejó de preguntar y sin pensarlo dos veces le dijo a libertador: “Entonces me voy con usted!”. 

Es interesante ver la rápida respuesta de una persona marginada emocional y físicamente hacia su nuevo amo. Si esta fue la respuesta de una mujer esclava a un hombre que se compadeció y pagó unas monedas por ella, cuál debería ser nuestra respuesta frente a la libertad que Dios nos da?. El señor Lincoln la liberó de la opresión física, pero el señor Jesús nos hace libres en todo sentido.

No con dinero, sino con su vida, con su propia sangre. Lincoln era sólo un hombre, Jesús es el Hijo de Dios. Vale la pena reflexionar sobre la infinita e impagable deuda que tenemos con Él y como demostrar nuestra gratitud. La deuda de la esclava hacia su libertador, sólo podía ser expresada con servicio al irse con él, en una demostración de gratitud el resto de su vida.

Jesús le dado libertad espiritual apreciado lector. Usted ha sido redimido de su condición de pecado por la preciosa sangre del Salvador; y no sólo para esta vida, sino por la eternidad. Será que su gratitud no da como para que usted siga y dedique su vida para Él?.

PREGUNTA: Reconoce usted la diferencia entre esclavitud en la que vivió y la libertad en Cristo?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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