“Esto habla, y exhorta y reprende con
toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tito 2:15)
Tito figura en la epístola de Pablo,
como uno de sus hijos espirituales más jóvenes y diligentes. Fiel colaborador
junto con Timoteo y Bernabé, se le hizo el especial encargo de dirigir la
iglesia en Creta y luego de Nicopolis en el Epiro. La historia lo ubica en sus
últimos días como un obispo y muriendo en el año 69 de nuestra era.
Luego de este breve recuento de su
vida y en calidad de discípulo de Pablo, vale la pena anotar que así como Pablo
se formó al lado de un exigente maestro que fue Gamaliel, Tito debió ser otro
adelantado del Evangelio.
Recibe instrucciones claras, sobre dos
puntos muy importantes; los requisitos para ser líderes en la Obra, y sobre la
importancia de seguir y practicar una sana doctrina (Tito
2:1). Estos parecieran ser asuntos a subestimar en la iglesia de hoy y
es por esto que en ninguno de los dos casos se cumple.
No obstante y la seriedad de estos temas,
Pablo hace énfasis en que no se menosprecie la juventud del emisario. El hecho
de no tener muchos años, no implica falta de conocimiento, experiencia,
testimonio o autoridad.
Como en el caso de Timoteo, Pablo
también envía y pide que se hagan las cosas con autoridad. Nadie lo hizo con la
autoridad de Jesucristo, pero sí somos exhortados a hacer lo propio y presentarnos
como ejemplos.
En la iglesia de hoy, se encuentran
personas de toda una vida como “creyentes”, con pelo blanco; pero con el
conocimiento y vida de un bebé espiritual. Vemos como la edad, no
necesariamente implica sabiduría ni la juventud inexperiencia.
PREGUNTA: Subestima usted el
liderazgo del joven?
REFLEXIONE Y DECIDA!
-
REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!