jueves, 17 de marzo de 2016

ESCONDIDOS



¿A dónde me iré de tu Espíritu?, y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmos 139:1-12)

Todo ser humano tiene periodos de tiempo en su vida, en el que quisiera ocultarse o desaparecer. Por una u otra razón el hombre y como producto de su naturaleza caída alberga en su corazón temores.

Al mañana, a los años, la salud, el trabajo, el estudio, al matrimonio o la soltería; pero siempre hay un temor. Cada día está precedido de un temor o una expectativa y no como debería ser cuando hay esperanza.

Este es el diario vivir, para el hombre que no tiene a Dios en su corazón. Siempre existe algo pendiente y no se espera con alegría y confianza, sino con un alto grado de zozobra en el corazón.

Nadie escapa al temor que implica pensar en la muerte física, no importa si hay dinero y posesiones en exceso o hasta la misma pobreza, siempre hay temor frente a lo desconocido.
Qué hay después de la muerte y que va a pasar conmigo. A dónde iré o qué será de mi?. 

La verdad es que llevar una vida en estas condiciones, es muy difícil y la solución está a la mano; pero no queremos verla, aceptarla o admitirla. Así como hay temores, también hay excusas y el último recurso será escondernos.

El Salmo 139, dice claramente que no podemos ir a ningún lugar para ocultarnos de Dios. La omnipresencia de Dios no se puede evadir, así como tampoco podremos omitir nuestra responsabilidad con el pecado.

Sería bueno reflexionar sobre el tema y empezar a asumir una posición seria, pues tarde o temprano se enfrentará esta realidad. Tal vez nos podemos esconder de la hipoteca, del enemigo o del amigo; hay ciudades o selvas muy grandes para esto; pero de Dios no.

El Señor Jesús está por lo pronto como nuestro salvador; pero un día no muy lejano pasará a ser nuestro juez natural y la Biblia dice que “horrenda cosa es caer en manos del Dios viviente” (Hebreos 10:31); con cuál de los dos se quiere encontrar usted?

PREGUNTA: Hasta cuándo va a estar escondido de la palabra de Dios?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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