“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios” (1Pedro 2:9)
Desde la antigüedad la relación de
Dios con la humanidad, se ha caracterizado por un trabajo constante en la
conformación de un pueblo para Él. Lo vemos en el llamado de Abraham de un
pueblo pagano y que no fue escogido por ser el más rico o especial en su tiempo.
Su heredad representada primeramente en
Isaac dejando de lado a Ismael padre del pueblo árabe, no sin antes bendecirlo.
Viene la brecha entre dos pueblos que siempre serían enemigos y salieron del
vientre de Rebeca la esposa de Isaac.
Jacob (Israel) y Esaú (Edom), que
desde antes de salir del vientre de su madre mostraban sus diferencias (Génesis 25:22), y encontramos como Dios dio la
bendición al menor en vez de darla al mayor como era habitual. El primogénito
siempre llevaba una doble parte entre sus hermanos y lo más importante, la
posición de líder sobre todos.
Ya entre los hijos de Israel sobresalió
José, que no era tampoco el mayor de sus hijos y que fue instrumento de Dios
para salvar a Su pueblo de la hambruna. En los hijos de José, la bendición fue también
sobre el menor y con un propósito no visible para nosotros.
Es así como en la venida del Mesías
(Jesús) y frente al rechazo del pueblo judío, Dios persiste en la búsqueda de un
pueblo espiritual (la Iglesia de Cristo). Desde luego que éste rechazo también está
bajo el control de Dios, que ha endurecido el corazón de los judíos por un
tiempo y abierto un espacio para que los integrantes de otros pueblos le reconozcan
como Dios.
La Biblia habla de linaje escogido,
nación santa; pero en este caso usted tampoco es llamado por ser alguien especial
(1Corintios 1:27). Es sólo que Dios sigue separando
unos cuantos del montón para que vivan con Él y no y para el mundo. Lo que sí
es claro, es la diferencia entre lo escogido de Dios y lo demás; primero con
Israel y ahora con el pueblo cristiano.
Es por eso apreciado lector, que le
invitamos a ser parte de la Iglesia de Cristo aceptando la invitación del Padre.
Es gratuito!
PREGUNTA: Le gustaría a usted ser
parte de éste linaje?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!