“Entonces los hechiceros
dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había
dicho” (Éxodo 8:19)
Por mucho tiempo se ha pretendido la
idea de que no hay Dios y no tenemos que ir muy lejos para encontrarnos con esto.
Individuos que niegan abiertamente la existencia de alguien supremo como excusa
para no aceptar su pecado.
Basados en su ignorancia bíblica o su exceso
de conocimiento humanista, se mantienen en una posición que si bien afecta a
unos pocos, los más perjudicados serán ellos mismos. Negar a Dios no es asunto
de juego y la Biblia menciona casos como el verso de hoy.
Faraón, el hombre más poderoso de su
tiempo, pretendió ignorar los hechos que se daban frente a él. Viendo la destrucción
de su reino y pueblo en todos los aspectos; una situación que más adelante le
arrastraría a él también y su familia.
Hechiceros, sabios y similares eran
sus asesores en aquel tiempo, que frente a esta escalada de trágicos eventos
admitieron la presencia de Alguien superior (el Señor de los hebreos). Ellos no hablaron siquiera de la
mano de Dios, solamente de un dedo y vale la pena pensar en que si
esto hizo Dios con un dedo cómo hubiera sido con la mano.
Ésta obtusa posición es la misma de
muchos que se creen poderosos en el mundo de hoy. Soberbios y orgullosos como
todos los hombres; pero esto no se remite a los acaudalados
que confían en sus riquezas, lo vemos en el pobre que no tiene para comer; pero
si suficiente orgullo.
Evidentemente Dios tendrá que tratar
con ellos, con el pueblo gentil por lo pronto para la iglesia de Cristo y luego con el judío no importando si son ricos o pobres. Un tratamiento que terminará si lo rechazan, en lo que describe la
Biblia como el Hades o Infierno.
La Palabra dice que cosa delicada es
caer en las manos del Dios viviente y es algo en lo que debería reflexionar la humanidad entera. Son muchos aún; familiares, amigos y conocidos que se rehúsan a
aceptar lo evidente.
Abundantes son los testimonios recopilados
en la historia bíblica y de la humanidad, de imperios que pretendieron ignorar
“el dedo de Dios” y ya están.
PREGUNTA: Qué espera usted para
aceptar el poder y existencia de Dios?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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