jueves, 17 de septiembre de 2015

DEDO DE DIOS



“Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” (Éxodo 8:19)


Por mucho tiempo se ha pretendido la idea de que no hay Dios y no tenemos que ir muy lejos para encontrarnos con esto. Individuos que niegan abiertamente la existencia de alguien supremo como excusa para no aceptar su pecado.


Basados en su ignorancia bíblica o su exceso de conocimiento humanista, se mantienen en una posición que si bien afecta a unos pocos, los más perjudicados serán ellos mismos. Negar a Dios no es asunto de juego y la Biblia menciona casos como el verso de hoy.


Faraón, el hombre más poderoso de su tiempo, pretendió ignorar los hechos que se daban frente a él. Viendo la destrucción de su reino y pueblo en todos los aspectos; una situación que más adelante le arrastraría a él también y su familia.


Hechiceros, sabios y similares eran sus asesores en aquel tiempo, que frente a esta escalada de trágicos eventos admitieron la presencia de Alguien superior (el Señor de los hebreos). Ellos no hablaron siquiera de la mano de Dios, solamente de un dedo y vale la pena pensar en que si esto hizo Dios con un dedo cómo hubiera sido con la mano.


Ésta obtusa posición es la misma de muchos que se creen poderosos en el mundo de hoy. Soberbios y orgullosos como todos los hombres; pero esto no se remite a los acaudalados que confían en sus riquezas, lo vemos en el pobre que no tiene para comer; pero si suficiente orgullo.


Evidentemente Dios tendrá que tratar con ellos, con el pueblo gentil por lo pronto para la iglesia de Cristo y luego con el judío no importando si son ricos o pobres. Un tratamiento que terminará si lo rechazan, en lo que describe la Biblia como el Hades o Infierno.


La Palabra dice que cosa delicada es caer en las manos del Dios viviente y es algo en lo que debería reflexionar la humanidad entera. Son muchos aún; familiares, amigos y conocidos que se rehúsan a aceptar lo evidente.


Abundantes son los testimonios recopilados en la historia bíblica y de la humanidad, de imperios que pretendieron ignorar “el dedo de Dios” y ya están.


PREGUNTA: Qué espera usted para aceptar el poder y existencia de Dios?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!