martes, 5 de noviembre de 2013

MONUMENTOS



“Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmo 14:3)
En todas las ciudades se encuentran monumentos. Unos grandes, otros pequeños, bustos de personajes o líderes que se han distinguido a lo largo en sus vidas.   Se elogia algún hecho o cualidad como la valentía, el heroísmo, el estoicismo o el altruismo; pero en ninguna parte encontramos uno que resalte la integridad.
Estamos tan acostumbrados a hacer cosas que parecen buenas, pero que no lo son y las leyes de los hombres se han acomodado a esto. Todos los días en la prensa encontramos noticias sobre sentencias que dan como legal algo que éticamente no es correcto.
La palabra opción ha reemplazado a la palabra pecado y todo lo ha convertido en algo relativo. Los legisladores de los países promulgan leyes en las que dejan intencionalmente vacios legales, que permiten la no existencia de la justicia y por supuesto los que las aprueban son los mismos que tarde o temprano las utilizan.
Esto es algo tan corriente en la vida del hombre, que todas las esferas de la sociedad se han permeado y no importa lo malo que se piense o se planee, lo interesante es que haya un marco legal para justificarlo.
Así y las cosas, nunca encontraremos algún busto o monumento que exalte la integridad en el comportamiento humano. Tal vez se podrá hablar de héroes que llegaron a serlo matando, violando, siendo unos borrachos o unos promiscuos; pero héroes. Cualquiera de estos pecados que el mundo llama opciones, son admitidos por la sociedad; pero no por la Biblia de Dios.
Que la tarea sea seguir las palabras de Pablo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8)

PREGUNTA: Busca usted la legalidad o la integridad?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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