“Circuncidaos
a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá…” (Jeremías 4:4), “Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres
transgresor de la ley, tu circuncisión
viene a ser incircuncisión” (Romanos 2:25)
Uno
de los mandamientos de Dios para el
pueblo judío es la circuncisión. Para el que no conoce del tema, esto consiste
en cortar dentro de los primeros días del varón el prepucio de su miembro
genital. Esto tiene implica compromisos serios del circuncidado con Dios, es requisito
de ley dentro del pueblo de Israel y muy importante a nivel sanitario.
Por
otro lado, la Biblia habla de una circuncisión ya no física sino espiritual
para el creyente gentil (no judío), que llega a ser parte del pueblo de Dios y ésta reviste tanta y más importancia que la física para el pueblo judío.
Circuncisión
para el hijo de Dios, implica separación de la carne y sus prácticas; y puede
equipararse a la remoción del prepucio que se hace en el niño judío. Dejar las
cosas de la carne es algo que encontramos repetidamente en la Biblia, abandonar
la vieja naturaleza e incorporarnos a la nueva, debe ser tarea de cada miembro
de la iglesia en un proceso de santificación de la mano del Espíritu Santo.
Este
paralelo nos invita a hacer un corte radical con el mundo, pues vemos muchos
círculos aún llamados Cristianos, envueltos en comportamientos propios de los
incrédulos y siendo contaminados en vez de ejercer la función de permear al
mundo con la Palabra. “Digo, pues:
Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16)
La
iglesia del señor Jesucristo ya no descansa en la circuncisión física como
parte de la ley dada por Moisés, sino en la Gracia otorgada en el sacrificio de
la cruz; no obstante el Señor es muy claro cuando habla de ser frio o caliente
como una condición radical, pues no va a aceptar a los tibios.
PREGUNTA.
Y usted ya se siente circuncidado espiritualmente?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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