“Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis
mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis
satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su
jornal en saco roto” (Hageo 1:5-6)
Analizando
el panorama del mundo en general, encontramos una ausencia de satisfacción en
todo que hace. El hombre siempre quiere algo más; llámese hogar, estudio, dinero,
posesiones, trabajo, empresa, etc. En cualquier área en la que el ser humano se
desempeña siempre quiere algo más.
Recordamos
cómo a la pregunta: “qué otra cosa quiere tener señor Rockefeller?, su
respuesta siempre fue: “un millón más”. Este fue un hombre norteamericano y
ejemplo de este carácter, que partiendo de nada amaso una gran fortuna en su
tiempo pasando por encima de muchos; pero que nunca obtuvo satisfacción en su
carrera.
Un
principio muy diferente es el que nos enseña Dios y hasta dónde lo interiorizamos
los que le hemos creído?. La Biblia nos muestra que cuando seamos
transformados para vivir con Dios en cielo nuevo y tierra nueva, ya no
tendremos necesidad de nada más. “No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara,
ni de luz del sol, porque Dios el Señor los
iluminará; y reinarán por los siglos de
los siglos” (Apocalipsis 22:5); pero que mientras estemos aquí, Él mismo
se encargara de proveer lo necesario.
Entonces
porqué insistir en ir al ritmo del mundo en esa carrera consumista de tener y
tener?. La verdad es que con la sola opción de tener a Dios como Padre, todos
nuestros deseos deberían estar satisfechos. En toda la Biblia encontramos
versos que nos invitan a depender sólo de Dios; pero que tanto los vivimos?
Existe
una gran diferencia entre lo necesario y lo que se desea!
PREGUNTA:
Es Dios suficiente para usted?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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