“Porque juicio
sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la
misericordia triunfa sobre el juicio” (Santiago
2:13)
En
la Biblia el señor Jesús mostraba un claro desagrado por los maestros de la
ley, fariseos y publicamos que se dedicaban a juzgar sin siquiera ser ejemplos
de vida de acuerdo a la ley. Individuos que andaban golpeando con los rollos de
la ley a la gente que no conocía a Dios o a los mismos judíos.
Si
somos francos hoy tenemos lo mismo en nuestro medio Creyente y vemos cómo se
juzga y rechaza a aquel que no comparte nuestros parámetros doctrinales. Es
cierto que Dios nos llama a ser celosos de Su palabra, a no establecernos en congregaciones
en las que la Biblia no es parámetro de vida práctica; pero de ahí a juzgar y
establecernos en individuos que marginan, NO.
Quiénes
somos para juzgar sobre el corazón de una persona o congregación que busca de
Dios, pero de otra forma?. El hecho de que sepamos a la luz de Biblia lo que
les puede pasar, no nos habilita para considerarlos “los parias del evangelio”.
Otro
aspecto que sigue vigente dentro de este orden de ideas, es la hipocresía de
estos personajes, que se muestran piadosos, cuando la realidad es que son unos
lobos disfrazados de ovejas.
Lo
que si debemos ver, es que la doctrina hoy, la hemos convertido en ley y
queremos llevar al que difiere de nosotros a bibliazo corrido, olvidando el
ministerio de la misericordia!
PREGUNTA:
Ha visto usted algo parecido?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –