martes, 9 de octubre de 2012

REEMPLAZO



Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios” (Salmo 78:56)

Existen muchos y tristes testimonios de líderes caídos en el ámbito Cristiano. Hombres que por su falta de apego a los lineamientos bíblicos, han dejado de lado entre otras, su primera responsabilidad que es la su hogar. Todo esto con la excusa del llamado ministerial; pero abriendo la puerta al enemigo.
El aval más importante para el ministerio de un pastor o líder después de Dios son su esposa e hijos. Ellos son quienes están en las buenas y en las malas, lo acompañan y lo apoyan. De manera especial la esposa como idónea puesta por Dios; sin embargo existen casos en los que también ellas se convierten en complacientes con la desobediencia de su esposo convertida en pecado.
Existen muchas formas de hacerse parte de este pecado y hay esposas o hijos maltratados, relegados, ignorados y hasta reemplazados por otras personas de la iglesia. La actitud pasiva de estas no contribuye a la obra; no olvidemos que estamos todo el tiempo delante de Dios y Él sí conoce lo que hay en nuestros corazones.
Algunos de estos hombres empiezan a contar más con algunas mujeres del ministerio que con su cónyuge y están a un paso del desastre, pues estas comienzan a tener más ingerencia en las decisiones personales y ministeriales que el mismo Dios.
Se dan casos en los que existe un varón de nombre como cabeza del ministerio; pero la que realmente manda es la secretaria y el Señor dice “no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre” (1 Timoteo 2:12).
Que bueno sería que este liderazgo volviera a Dios y sus bases bíblicas; para asumir con firmeza, en santidad y obediencia tan grande responsabilidad.
Las prioridades para un líder hablan de: Primero Dios, segundo la familia, tercero el ministerio y si cambiamos el orden establecido no podemos esperar nada distinto al caos.

PREGUNTA: Cómo administra usted esta responsabilidad entregada por Dios?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –