“si mal os parece servir
a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis;…….pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 25:5)
Se piensa
que el sacerdote puesto por Dios en un hogar es quién debe mantener su
testimonio y esto es correcto en cierta
forma. Debe ser ejemplo si; pero también debe ser instrumento de edificación,
disciplina y estorbo a conductas inapropiadas a la esposa y los hijos.
Cuando se
trata de santidad, todo el mundo en casa debe estar involucrado. El núcleo
familiar es esa pequeña iglesia entregada por Dios y como tal, estos miembros son
su carta de presentación delante de Él.
Cada vez que
el padre de familia ora a Dios, no sólo debe hacerlo por él y su comportamiento
sino por la iglesia encomendada. Su condición de intercesor debe ser
permanente; pero su acción en contra del pecado debe ser aún más contundente.
Hoy desafortunadamente los padres se caracterizan por su permisividad y nadie
puede llegar frente a su Jefe con una lista de errores cometidos por el equipo
que tiene a su cargo y salir exaltado.
Job ofrecía
holocaustos por sus pecados y por los de su familia. La prioridad debe ser la búsqueda
y sujeción al Señor y el propósito: la santidad “Seguid….la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Cada día debe trabajarse en metas
específicas y por aquellas cosas que por insignificantes que parezcan, no agradan
a Dios. Hay aspectos de la vida con los que se convive tanto, que parecen parte
natural de la misma así como el comer o dormir. El juicio, el chisme, la
respuesta al prójimo, el rencor, la critica y ni hablar de la mentira y la
fornicación toleradas igualmente. Recordemos que el que peca en un mandamiento,
lo hace en todos y no pensemos que como no matamos o robamos directamente, todo
está bien.
Dios espera familias
que vivan la Palabra, que le obedezcan y no que sólo se llamen cristianos. De
ahí la importancia de leer la Biblia cada día y dejarse permear por ella en la
convicción de que es la única que puede cambiar vidas; pero si ni siquiera se
abre para una consulta, no se le dará la oportunidad a Dios de transformarnos.
PREGUNTA: Considera
usted que su familia es reflejo de su trabajo sacerdotal?
MEDITELO
Y DECIDA!
- REFLEXIÓN
BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –