jueves, 6 de septiembre de 2012

SANTIDAD FAMILIAR



si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis;…….pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 25:5)

Se piensa que el sacerdote puesto por Dios en un hogar es quién debe mantener su testimonio y esto es correcto en cierta forma. Debe ser ejemplo si; pero también debe ser instrumento de edificación, disciplina y estorbo a conductas inapropiadas a la esposa y los hijos.
Cuando se trata de santidad, todo el mundo en casa debe estar involucrado. El núcleo familiar es esa pequeña iglesia entregada por Dios y como tal, estos miembros son su carta de presentación delante de Él.
Cada vez que el padre de familia ora a Dios, no sólo debe hacerlo por él y su comportamiento sino por la iglesia encomendada. Su condición de intercesor debe ser permanente; pero su acción en contra del pecado debe ser aún más contundente. Hoy desafortunadamente los padres se caracterizan por su permisividad y nadie puede llegar frente a su Jefe con una lista de errores cometidos por el equipo que tiene a su cargo y salir exaltado.
Job ofrecía holocaustos por sus pecados y por los de su familia. La prioridad debe ser la búsqueda y sujeción al Señor y el propósito: la santidad “Seguid….la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Cada día debe trabajarse en metas específicas y por aquellas cosas que por insignificantes que parezcan, no agradan a Dios. Hay aspectos de la vida con los que se convive tanto, que parecen parte natural de la misma así como el comer o dormir. El juicio, el chisme, la respuesta al prójimo, el rencor, la critica y ni hablar de la mentira y la fornicación toleradas igualmente. Recordemos que el que peca en un mandamiento, lo hace en todos y no pensemos que como no matamos o robamos directamente, todo está bien.
Dios espera familias que vivan la Palabra, que le obedezcan y no que sólo se llamen cristianos. De ahí la importancia de leer la Biblia cada día y dejarse permear por ella en la convicción de que es la única que puede cambiar vidas; pero si ni siquiera se abre para una consulta, no se le dará la oportunidad a Dios de transformarnos.  

PREGUNTA: Considera usted que su familia es reflejo de su trabajo sacerdotal?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –