“Por
tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las
cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu
vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos” (Deuteronomio
4:9)
Hace unos días escuchaba
sobre un ministerio Cristiano que se ocupa de emplear a aquellos que ya nadie
quiere laboralmente. Pensar en la opción de sentarse en un grupo de rechazados
por la sociedad productiva puede ser muy triste y qué tan dispuestos estamos a
aceptar esto con gusto? La respuesta para esto es: “Gracias Señor por que
aunque para los demás ya no sea útil, para ti si lo soy”.
Ser elementos útiles
en el plan de Dios, debe ser la meta de todos, hombres y mujeres no importa su
edad y capacidad laboral. Es cierto que hay que suplir necesidades en casa;
pero qué tanto se tiene en mente el servicio al que nos Creó?.
Todo en Dios tiene un
propósito y entre más demoremos en entenderlo y aceptarlo, el tratamiento puede
ser más largo y difícil. Dios no quiere que nos reservemos nada para nosotros
de manera egoísta; Él quiere que le entreguemos la totalidad de nuestras áreas y
sobre todo, que le reconozcamos en cada segundo de nuestra vida. Que no seamos insensatos,
y tardos de corazón para creer en sus promesas; que le demos el crédito en
nuestro día a día y así Él mismo se
encargará de todo.
Desde el siglo XVIII,
el mundo comenzó a secularizarse y cada vez se le cree más a la razón que al
mismo Dios. Cada vez se quieren
confrontar más los prodigios de Dios con la lógica y esto termina por alejar más al hombre del propósito para
el cual fue creado “Porque
para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).
Que diferente sería el
mundo moderno, si se contemplara a adulto mayor “desechado”, como fuente de
experiencia y conocimiento para los jóvenes. Hemos llegado a creer que la
formación académica lo hace todo, y de ahí la ausencia de valores y principios
propios de una generación inmadura y sin afecto natural, que no ha tenido la
oportunidad de formarse al lado de un ejemplo de vida.
PREGUNTA: Ya hace
parte usted de este exclusivo y excluido grupo?
MEDITELO
Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN
REINA-VALERA 1.960 –