jueves, 15 de marzo de 2012

LEVANTANDO LAS MANOS


Cuando las cosas parecen estar bien, cuando todo fluye, la provisión, la salud, el trabajo y el entorno, deberíamos evaluar si estamos haciendo lo adecuado delante de Dios. Esto en razón de que la tendencia humana es a alejarse de Él, del Proveedor, cuando nada o muy poco nos falta.
Se está tan acostumbrado a ese dios bombero, que acude ante cualquier incendio, que ni las gracias se le dan. A ese dios con minúscula que rige tristemente la vida de la mayoría de la humanidad y que desvía el verdadero propósito del Señor para el hombre.
Cuando se carece de algún bien esencial como salud, trabajo, comida o cualquiera de estas, se recurre primeramente a hombres, y cuando ya se agotan las puertas pensamos en ese dios que aunque lejano algo podrá hacer. Esto sin tener en cuenta que ese Dios (con mayúscula), es el Todopoderoso. Como sea, se contacta con todo entusiasmo a alguien que se llame religioso o que por lo menos hable de Él, a la misa, al rosario o a alguna imagen que recomienden como efectiva.
Sucede que por algunos días y mientras algo plantea una solución decimos buscarle; pero cuando este incendio se apaga, cualquiera que sea el caso, comenzamos a dilapidar lo recibido. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (Isaías 55:2)
Se esperaría un manejo sabio en lo recibido; pero no. Que se emplearan los recursos recibidos en cosas que no atienden a deseos, sino a necesidades. Con qué cara se acercaran a Dios para solicitar su favor otra vez?
Hasta que les funcione el dios dinero, Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mateo 25:23) y verlos nuevamente pidiendo oración por lo que vendrá?
Se espera que seamos consistentes en todo lo que hacemos y sobre todo en lo que tiene que ver con el Señor.  Hoy tenemos, mañana no Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21)
Pero el principio va más allá, Dios está esperando que nuestra confianza esté “siempre” basada en Él y como dice la canción, levantemos las manos a Él y sólo a Él. Que aunque no  tengamos fuerzas y tengamos mil problemas, en la abundancia y en la escasez, las levantemos a Él.
Para Dios es tan importante nuestra búsqueda de Él, como llegar  con gratitud; pero con un vehemente deseo de permanecer a su lado. Hablarle, escucharlo y esperar en Él debe ser nuestra prioridad en todo momento, no solo en las crisis y esto es algo que nadie quiere entender De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela” (Salmos 63:1)
Qué pensaría un padre en la carne, cuando sus hijos no le obedecen, no lo escuchan, no lo respetan, nunca le agradecen y sólo le buscan para que les solucione problemas o cubra sus gastos?
Es triste; pero eso es lo que hacemos con Dios!
PREGUNTA: Qué tanto aprecia usted la compañía, cuidado y bendiciones que Dios le da?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –