martes, 6 de marzo de 2012

EN EL FACE

En este tiempo de comunicaciones, velocidad y  de la inmediatez en todo, vale la pena evaluar los resultados de todo este proceso. Todos estos avances, han sido permitidos por Dios, que es quien da las habilidades y el conocimiento al hombre “Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra” (Éxodo 36:1), para propósitos de servicio a Él primeramente y luego a la sociedad; pero siempre terminan siendo un problema para la misma.
Qué tanto ha mejorado la calidad de vida del hombre con los avances de los últimos 30 años? Han hecho realmente de nuestra sociedad algo mejor, o por el contrario deberíamos decir como el refrán, que todo tiempo pasado fue mejor y que estos llamados avances han producido detrimento en nuestra calidad de vida.
Vemos que el Internet, la telefonía y otras muchas herramientas, concebidas para un propósito sano, se han convertido en algo que destruye, aísla, obsesiona, esclaviza, separa, corrompe, desinforma y desvirtúa la vida del hombre y de la familia como la base de la sociedad.
No queremos parecer retrógradas y reconocemos su aporte positivo, cuando se emplean sabiamente, pues gracias a una de estas, hoy podemos llegar a usted con un mensajes edificación.
Sin embargo, esto no obsta para ver los efectos nocivos en la sociedad, especialmente en los jóvenes que son los más dados a estas herramientas y que hoy carecen de tiempo para algo diferente.
Llámense colegiales, universitarios o profesionales, son individuos que ven copado su día a día por la tecnología. Cuando no están en el computador, lo hacen con el televisor, ipad, blackberry, android, celular, ipod, juegos electrónicos y otros muchos que los sustraen totalmente de la realidad que les rodea, al punto que hoy, se han declarado estas actividades como adictivas.
Óigase bien, así como se habla de dependencia de la droga, alcohol, tabaquismo o cualquier otra sustancia, encontramos que el hombre se vuelve esclavo de “sus” invenciones.
Haga la prueba dando a su hijo alguna instrucción y le va a contestar: “estoy  ocupado”, por que con seguridad estará en alguno de estos aparatos.
Algunos adultos creen haberlos perdido en su falta de autoridad; pero lo más grave es que estos mismos adultos también han desaparecido en un comportamiento similar. Así y las cosas, confirmamos que el resultado sigue siendo “negativo”.
Es importante ver, que todo esto encaja dentro del panorama bíblico y apunta sin exagerar, a que esta conectividad permitirá una vez más, el cumplimiento de la palabra de Dios cuando dice “todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Apocalipsis 13:16,17)
Por otro lado, se está incurriendo con este estilo de vida en algo que se llama “idolatría”, también rechazada por Dios “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3)  Cualquier cosa que está sobre nuestra relación con Dios lo es, y es indudable lo esclavizante que se ha convertido este estilo de vida, volviendo a algo que ya hemos abordado “Ninguno puede servir a dos señores; porque… aborrecerá al uno y amará al otro” (Mateo 6:24)
Es urgente hacer una reflexión seria sobre lo que es la vida en los hogares y la sociedad de hoy; pues tenemos a la humanidad en función de actividades que no edifican. Niños, jóvenes o adultos entregados a programación televisiva, al chat, al correo electrónico, juegos virtuales, redes sociales o cualquiera de estas facilidades existentes. Ya no se puede hablar de hogar, sociedad y menos de una relación personal con Dios, el Creador de todo.
PREGUNTA: Será que cuando Dios lo llame a cuentas, usted le dirá que lo busque en el face?


MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –