viernes, 23 de diciembre de 2011

DISCIPLINA


En este complejo trasegar de la vida de Creyente, nos encontramos con personas que obtusamente, sin formación y sin lo más importante, sabiduría de Dios, juzgan, condenan y hasta ponen en afrenta pública o expulsan  de las comunidades a aquellos que defienden la verdad Bíblica “pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? (Romanos 14:10a)
Obviamente hay casos que ameritan una disciplina bíblica por parte del gobierno de la iglesia; pero esta triste circunstancia es el pan de cada día. Escuchar testimonios, de personas que con un corazón sincero para Dios, siguen siendo perseguidas y hasta calumniadas “O tú también, ¿Por qué menosprecias a tu hermano?” (Romanos 14:10b) Egoísmo, servilismo, mentira, hipocresía y otras formas de comportamiento propias de los que no han creído en Dios.
Siguen primando los intereses propios, no importando a quien se destruye emocional, espiritual o hasta físicamente  “Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas” (Colosenses 2:4). Debemos considerar que el incrédulo ante su falta de conocimiento tiene esta forma de vida; pero qué pensar cuando vemos a la iglesia viviendo de la misma forma?
Ciertamente estos individuos, en poco tienen al Dios de la Biblia y no se toman tiempo para ver las implicaciones de su comportamiento. Se han adueñado de los ministerios, olvidando que “la obra” le pertenece a Dios y que un día van a pasar por Su tribunal. Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Romanos 14:10c)
A cuántas personas están alejando del camino, creyentes e incrédulos por su mal testimonio y proceder. De ahí la importancia de mantenernos firmes y “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2)
Es nuestra invitación hoy, a confiar sólo en Dios y no en hombres, que “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:6), por que “Maldito el varón que confía en el hombre……………….bendito el varón que confía en Jehová” (Jeremías 17:5-7) Confiar en Dios y en Su palabra pues “los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre (Salmos 125:1)   
PREGUNTA: En quién está usted confiando?
MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -