Nuevamente llegamos al final de año y como hicimos en Navidad, queremos invitarlos a reflexionar no quedarnos solamente en la lista de los nuevos/viejos propósitos para el año entrante, queremos ir un poco más allá.
Esa famosa y reutilizada lista no pasa de ser eso: un listado de deseos que están únicamente en la potestad del Señor permitir o no. Es sólo que cuando estamos tan lejos de sus propósitos, queremos hacerlos realidad en nuestro tiempo y se quedan ahí.
Hay nostalgia, algo de gratitud y hasta rabia por lo no logrado en el año anterior, por la situación del mundo y de nuestro país, pero con la esperanza en que algo va a pasar. Por supuesto que algo va a pasar, pero no va a ser en nuestra voluntad, sino en la del Señor.
Su plan sigue adelante, se ha venido dando por siglos y seguirá adelante por la eternidad. Que bueno sería conocer más de ese perfecto plan de Dios para la humanidad y a esto es que los invitamos desde este sencillo pulpito.
A entender que en el Señor hay esperanza, y una que va más allá de los simples y egoístas planes del hombre común. Por estos días vimos en las noticias, la triste muerte de un pastor con su esposa e hijos a manos de unos matones.
Triste ver en lo poco que se tiene la vida humana, pero así suene demasiado pragmático, esta familia sólo se adelantó a todo lo maravilloso que Dios tiene para los que le creemos. Para ellos la vida no estaba aquí, y aunque fue precipitada su partida de la tierra, ya están en el lugar al que todos los creyentes queremos llegar.
No de esa forma, pero sí es nuestro gran sueño. La venida de Cristo a recogernos, o que seamos llamados de este mundo por el Padre. Este no es solo un año que se acaba, sino un año menos para presentarnos delante de Dios en el impajaritable llamado al que todos nos veremos abocados un día.
Puede ser en diez años o esta noche, pero ya no estaremos esperando lo que no podemos lograr por nuestros medios, sino en la victoria ganada por Cristo en la cruz. En el logro más importante de todos los tiempos, y que está en cabeza del hombre perfecto que un día llegó como un bebé a la tierra en Navidad.
Jesús, el modelo de vida de todo creyente y que sigue invitando a todos para que lleven su yugo ligero (Mateo 11:30). A recibir la salvación que hará de nuestro futuro eterno algo distinto e inmejorable.
Ya no más enfermedad o muerte, adicciones o desilusión “El ánimo del hombre soportará su enfermedad; Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado?” (Proverbios 18:14) ; el futuro es algo mucho más especial que el tiempo presente donde las metas y lograrlas o no, no pasan de ser un sueño.
Nuestros mejores deseos para usted apreciado lector, pero nuestra sincera oración por que Cristo sea su principal anhelo!
REFLEXIÓN: Nada, nada se compara con el nuevo tiempo que viene en Cristo y que puede ser desde hoy!
REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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