martes, 30 de enero de 2024

COMO NO?

Cada vez que nos detenemos en algún pasaje de la Biblia y miramos un poco más, el Espíritu nos revela verdades que están ahí, que son evidentes y totalmente ciertas sobre lo que vivimos aún hoy.

Tenemos varios años en la vida del creyente y como tal dejamos ver lo que Cristo ha hecho con nosotros. Nos ve la familia extendida, los amigos, conocidos y aun aquellos que no gustan de nosotros.

Son muchas las formas en las que hemos tratado de que reciban el mensaje de Salvación; persona a persona, invitándoles a la congregación, compartiendo tratados o alguna frecuencia radial o link que les permita escuchar o ver el mensaje.

Sabemos que es la tarea de cada uno de nosotros como creyentes y dejada en la Gran Comisión por el Señor; pero son realmente exiguos los resultados frente a la cantidad de gente perdida.

Precisamente hoy leía cómo una persona de una comunidad marginada por los judíos en tiempo de Jesús, pudo reconocerle Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?(Juan 4:29).

La Biblia habla de unos tres años de ministerio del Señor; tiempo en que predicó, expuso la Palabra, compartió parábolas, hizo milagros, dejó ejemplo, habló de la ley y por supuesto vivió lo que en el Antiguo Testamento estaba profetizado.

Muchos llegaron al camino incluyendo a gentiles, judíos del pueblo y esta mujer samaritana; pero por qué ella y no los doctos que se supone que conocían las Escrituras?.

En el mundo de hoy no solo nos encontramos con la dificultad para que otros reciban a Cristo, sino que persiste la constante de que el religioso es todavía el más ciego de todos; si no cómo explicar que esta mujer lo vio y ellos no?.

REFLEXIÓN: Que su religión no lo margine del evento más importante de su existencia!

REFLEXIONAR TRANSFORMA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!