Desde la aplicación de los números en
los cálculos matemáticos o algebraicos venidos de oriente, la gente ha tenido
dificultades. Ya sea por que no les van las matemáticas, por que no saben
administrarlos o por que los cambian de lugar.
Hay una gran diferencia entre un cero
a la derecha y un cero a la izquierda y se menciona esto hasta cuando se quiere
agredir a alguien de manera verbal: “Usted es un cero a la izquierda”; una
frase peyorativa, que degrada y ofende en gran manera.
En el mundo de la política se escucha
de todo y los candidatos a algún cargo importante, suelen ofrecer hasta la
construcción de puentes donde no hay
ríos. Escuché una anécdota de uno de estos en la que se quería hacer ver como
un buen creyente.
Para su desgracia confió la
elaboración de sus discursos a un neófito en el tema con el resultado
correspondiente. De creyente a incrédulo hay una gran diferencia y sólo aquel
que ha estudiado la Palabra, puede con alguna autoridad usarla, pues es más
fácil hablarla que vivirla.
En una ocasión este hombre quiso
hablar de un verso muy conocido queriendo hablar del valor sacrificial de Dios
expresado en el sacrificio de Su Hijo “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.” (Juan 3:16). Todo esto para ofrecer a
la humanidad un camino.
Lo que encontró
impreso en el papel no fue Juan 3:16, sino Juan 16:3 y éste verso habla de algo
totalmente diferente “Y harán esto porque no conocen al Padre ni a
mí.” (Juan 16:3); hablando de la posibilidad de ser perseguidos y hasta
muertos por seguir a Cristo.
Por supuesto que
aunque hay mucha relación entre lo que dice una parte de la Biblia con otra
hablando del Salvador, pero podemos imaginar lo que pensarían aquellos conocedores
de la Biblia escucharon esto.
Obviamente esto pasó
inadvertido para el político y su auditorio por que la mayoría de estos no
conocen la Palabra; de lo contrario no estarían allí. Risible o no, debemos reflexionar sobre varias cosas: La
importancia de leer y conocer la Biblia para no ser engañados por los políticos,
la religión, secta o persona; que debemos hablar de lo que conocemos, el
cuidado que se debe tener con los números y a quien encargamos nuestras tareas.
La Biblia no es para
tomarse a la ligera y crear confusión, es para leerla, estudiarla y lo más
importante, para vivirla.
REFLEXIÓN: Una
palabra no es necesariamente la Palabra!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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