Algo que siempre se establece como una
barrera entre Dios y el hombre, es la religiosidad. En tiempos del Antiguo
Testamento, los pueblos estaban entregados a dioses paganos que impedían una relación
con su Creador. Es por esto que Él, apartó a Abraham y quiso hacer de él un
pueblo diferente.
Inició un proceso de cero en éste
hombre, que tarde o temprano empezó a distorsionarse por la tendencia humana
hacia el pecado. Muchos años pasaron hasta entregar las tablas de la ley con Moisés
y tratar de organizarlos; pero terminaron por convertir esta ley en religiosidad.
Lo vemos en tiempos de Cristo, cuando
primó la religión y los religiosos hipócritas a la presencia del mismo Hijo de
Dios. Innumerables reingenierías ha hecho Dios con el hombre, y estamos en una
de esas iniciada por Cristo; pero nos resistimos a aceptarla “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses
2:8).
Un estudio reciente mide comportamientos
entre anglosajones y latinos; sobresale el individualismo y la capacidad de
cambio. El primero en los anglos está casi en el 90% y en los latinos por el 10;
pero en el segundo los anglos están por encima del 80 y los hispanos por el 8.
Ambos están estrechamente ligados y a simple
vista se observa como en los Estados Unidos; cuando el anglo está dispuesto a
acatar las normas y el hispano a todo responde con un “porqué”; haciendo que el
tránsito vehicular por ejemplo, sea más organizado allí que en Latinoamérica.
La reingeniería en una empresa es muy
compleja y lo sé de primera mano por mi esposa que es consultora en el tema.
Todos persisten en ejecutar el mismo proceso que han hecho por años en vez de
optimizar y esto incluye a jefes no importando los títulos o si pierde dinero.
Por comodidad, pereza o simplemente
por que no les interesa. Dios lo hace muy fácil para nosotros y sólo espera que
creamos en la obra salvadora de su Hijo. Es tan sencillo como decir SI o NO y
la Biblia así lo expresa.
Cuando aceptamos a Cristo, el Padre y
el Espíritu Santo se encargan del resto; no obstante el hombre persiste en
cargar las imágenes que adora o en hacer los rezos estériles, cuyos resultados
saltan a la vista. La religiosidad y esa
incapacidad de cambio han llevado, llevan y llevarán a millones a la perdición
eterna.
REFLEXIÓN: El cambio siempre estará
esperando y más cuando viene de Dios!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
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BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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