“Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor” (Marcos 6:34)
Este
es un tema que vale la pena tomar una y otra vez, ya que la compasión es un término que encontramos
repetidamente en la Biblia y es algo que no abunda en estos tiempos. Entre
incrédulos va y viene, pues no se puede esperar de ellos algo que no conocen;
pero entre creyentes es bastante común y diciente.
Los
que tenemos el privilegio de conocer de Cristo sabemos las implicaciones que esto
tiene, lo vemos en El ejemplo perfecto (Jesús)
y es tiempo de reflexionar en todas aquellas cosas de las que fuimos librados
por Su compasión.
Aún
entre hermanos observamos esta falta de cuidado y consideración por el que no
cree o por el que piensa diferente. Hay que llamar al orden bíblico al que no
se comporta como creyente diciendo serlo; pues qué podremos responder a Dios
cuando Él mismo nos cuestione por este: “perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores” (Mateo 6:12). Será que podremos mirar a los ojos al “Señor del
perdón” con una conciencia limpia?
Es
tiempo de entrenarnos en ese perdón tan lejano de nuestros corazones y boca;
pero sobre todo confiar en que Dios está ejecutando Su plan y hará lo justo
para cada uno de nosotros. No importa lo que veamos, Dios está en control y
nuestros pensamientos, comentarios o resentimientos no lo van a cambiar.
Evidentemente
es tiempo de orar, buscar la dirección del Señor y callar, pues el silencio
invita a la compasión, pero la explicación
siempre al reclamo!
PREGUNTA:
Perdona usted como dice hacerlo?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –