martes, 11 de diciembre de 2012

TRES ETAPAS



Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.  ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.  Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle” (Mateo 21:28-32) 

Días atrás mencionábamos lo indispensable de una buena y sana actitud frente a lo que hacemos y lo retomamos en razón de ver cuál es nuestra respuesta a lo que Dios espera de nosotros.
A quién le gusta cuando el asesinato, el robo, la violación o cualquiera de estos pecados se mete en nuestra casa?. Sin embargo persistimos en coexistir con estos y la desvirtuada vida de hoy, es complaciente con la borrachera, la grosería, la fornicación, el adulterio y otros similares en casa.
No hablamos de la antigua condición de incrédulos, pues sabido es que en no se puede esperar nada diferente del que ignora la verdad de Dios. Hablamos de los Creyentes que en una etapa inicial y como parte de su primer amor con Dios, sienten la necesidad de cambiar de vida, hábitos, actitudes; pero experimentan impotencia frente a esto por “el pecado que mora en mi”, del cual habla Pablo en el libro de Romanos, capítulo siete.
Una segunda etapa es cuando ayudados por el Espíritu, se dan logros, frustraciones, caídas y Dios nos vuelve a levantar dándonos la victoria en áreas que considerábamos inalcanzables. La clave de todo esto es entrar a depender totalmente de Dios en cada momento y este es un tratamiento que puede tomar años para ser entendido y aplicado.
Por último viene otra etapa y es la ideal, en la que el creyente le toma el gusto de manera voluntaria por hacer la voluntad de Dios y todo lo que se considera bueno bíblicamente hablando. A este punto deberían llegar todos los creyentes, no obstante, surgen casos de enfriamiento en ese primer amor con Dios, que los lleva a  una especie de “catalepsia espiritual” en la que  cohabitan con algunas formas de pecado, sólo que ahora justificado por una Biblia sacada de contexto.
PREGUNTA: En cuál de estas etapas se encuentra usted?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –