“Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros
vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis” (Éxodo
20:20)
Hablando de
la iglesia que Dios está formando en el pueblo Cristiano, es de suma
importancia mostrar la diferencia entre el temor de Dios en el buen sentido de
la palabra y la acepción popular de temor, que se traduce en terror. Parece una
contradicción la mostrada en el verso de Éxodo; pero es sólo la diferencia
entre el respeto y el amor.
En ese
momento Dios muestra su gran poder respaldando a Moisés y la gravedad de
mostrarse delante de Él sin santidad; pero hace una clara referencia a lo que
Él espera de su pueblo en amor, reverencia, reconocimiento, dependencia y el
respeto que tanto brilla por su ausencia hoy.
Mencionamos
que Dios está formando en este tiempo, una iglesia que le ame, que exprese y
practique su deseo de estar con Él y le obedezca en respuesta a estos
parámetros. Desafortunadamente encontramos otras motivaciones poco sanas, como
el susto de los que le buscan para no ir al infierno, el que le busca ante la
posibilidad de recibir Su bendición en prosperidad económica tan mencionada en
algunas denominaciones o la salud física que proclaman otras, y lastimosamente estas
son las motivaciones de muchos. A usted le gusta que sus hijos lo busquen sólo
por interés en lo que usted les puede dar? No verdad?.
Queremos
dejar claridad, en que la motivación sana que Dios espera, es un pueblo que no
quiera dejar de buscarle en el día a día, que le reconozca como su Creador, que
dependa enteramente de Él y esto se refleje en la obediencia total basada en el
deseo de agradarle.
Observar la
creación, el mar, la tierra y sólo imaginar el universo; debería ser motivo para
asombrarnos, maravillarnos y reconocerle como lo más importante de nuestra vida y la de los nuestros.
PREGUNTA: Se
agrada usted en que sus hijos le busquen por terror o interés?
MEDITELO
Y DECIDA!
- REFLEXIÓN
BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –