El bautismo es un mandato de parte de Dios “id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) y fue obedecido por el mismo Jesucristo “Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua” (Mateo
3:16); pero para el creyente es sobre todo un paso de obediencia de
aquel que se identifica con Cristo. Es claro que esta es una decisión
“personal” y no puede darse mientras no haya uso de razón.
En
la religión tradicional se practica un rito llamado bautismo en niños
recién nacidos que no les da la oportunidad de hacerlo a título
personal. Por otra parte el bautismo bíblico es por inmersión y en cada
relato en el que se habla del mismo, se muestra a personas siendo
sumergidas en agua representando sepultura y levantamiento de la vida
pasada y no en un rito en el que se riegan solo unas gotas sobre la
cabeza del bautizado.
Es
el testimonio externo de lo que ha ocurrido al interior de la vida de
un creyente y es la ilustración de su identificación con la muerte de
Cristo, Su sepultura y Su resurrección “no sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su
muerte, así también lo seremos en la de su resurrección” (Romanos 6:3-5)
Dice
la Biblia que no hay requisitos para aquel que quiera hacerlo; pero
median dos aspectos básicos: El haber confiado en Jesucristo como
Salvador de una parte y el entendido de la necesidad de dar este paso de
obediencia.
Bautizarse implica una puerta abierta, para que Dios actúe con libertad en la vida de la persona.
Existe
una clara dicotomía entre el manejo tradicional y lo expresado en la
Biblia en cuanto al fondo y la forma de dicha práctica; pero cuando un
creyente entiende la importancia de esto, nada se lo impide “llegaron
a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea
bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó
parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le
bautizó” (Hechos 8:36-38)
El bautismo es en resumidas una demostración pública del comienzo de un compromiso serio con Cristo y no es algo de niños “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16)
PREGUNTA: De acuerdo con esto, usted ha sido bautizado bíblicamente?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –