miércoles, 6 de abril de 2011

COMODIDAD O DEPENDENCIA DE DIOS?


Diariamente escuchamos a muchos respondiendo así:“…bien gracias a Dios!…Dios es bueno!..”. Hasta se toman la tarea de dar consejos a otros en tiempos de crisis,   basados en que las necesidades propias están temporalmente cubiertas.
El incrédulo no hace diferencia por que no está bajo la cobertura de Dios, pero qué hay del creyente? No será que está entrando en un periodo de obesidad espiritual  y no  dependiendo de Dios? Esto puede ocurrir, y con más frecuencia de lo que usted cree.
Cuál sería su respuesta si perdiera este entorno de comodidad?. Si perdiera el trabajo  y sus posesiones? También diría: “…bien gracias a Dios?” 
Este hubiera podido ser el caso de Job en su abundancia y posterior pérdida: “He aquí, tu enseñabas a muchos, Y fortalecías las manos los débiles…………mas ahora que el mal ha venido sobre ti te desalientas…” (Job 4:3,4). Sin embargo,  este hombre mantuvo su entereza y confianza en Dios, tanto en la riqueza, como en la ruina.
La pregunta es: Estamos dependiendo realmente de Dios?
No descuidemos nuestro caminar con Dios. Nuestra relación con Él, es algo dinámico. No es algo de lo que nos ocupamos solamente en necesidad. Es algo que debemos cultivar diariamente en acción de gracias. “…Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2)
Que no quitemos nuestra mirada y dependencia de Dios como lo hizo Job: “… ¿no es tu temor a Dios tu confianza?...” (Job 4:6).
Un día  Dios mismo, puede  enviarnos  tratamiento para recuperarnos de nuestra vana manera de vivir.
Que nuestra confianza sea en Dios y no en las bendiciones que Él nos da.

PREGUNTA: En quién o en qué esta confiando usted?

MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -

martes, 5 de abril de 2011

ACEPTACIÓN O RECHAZO


En un mundo en el que a lo malo se le llama bueno y a lo bueno malo, Dios nos deja cohabitar con estos problemas; pero no para compartirlos y menos para aceptarlos. “No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del mal” (Juan 17:15). Esta fue la oración de Jesús al Padre por nosotros. Dios no nos manda a rechazar a las personas, nos pide rechazar el “PECADO”.
Por más de que el mundo se empeñe en disfrazarlo, el pecado seguirá siendo pecado delante de Dios. Al ladrón se le llama cleptómano, al mentiroso mitómano, al sodomita enfermo y así a muchas otras formas de pecado.

Si la gente que nos rodea revela conductas poco acordes con la palabra de Dios, lo adecuado no es  rechazarlos, sino estar allí con nuestro testimonio. Pero con un testimonio que imite verdaderamente a Cristo!. Sin compartir su  forma de vida,  mantengamos  un puente de comunicación con ellos, que nos permita un día y en el tiempo de Dios, mostrarles a la luz de la Biblia su equivocada forma de vivir.
Por ellos también murió y resucitó el señor Jesucristo; y es deber nuestro llevarles el plan que Dios tiene para ellos.
Miremos por quiénes vino Jesús:“….Jesús dijo: los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12). 
Obviamente esto va de la mano con mucha oración intercediendo por  estas personas que se están perdiendo, pues Dios es quien  hace la obra en ellos, así como un día la hizo en nosotros!.
“El que en Él cree (Jesucristo), no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado” (Juan 3:18).

PREGUNTA: Qué tanto hace usted  por los que se pierden?

MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -