En un mundo en el que a lo malo se le llama bueno y a lo bueno malo, Dios nos deja cohabitar con estos problemas; pero no para compartirlos y menos para aceptarlos. “No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del mal” (Juan 17:15). Esta fue la oración de Jesús al Padre por nosotros. Dios no nos manda a rechazar a las personas, nos pide rechazar el “PECADO”.
Por más de que el mundo se empeñe en disfrazarlo, el pecado seguirá siendo pecado delante de Dios. Al ladrón se le llama cleptómano, al mentiroso mitómano, al sodomita enfermo y así a muchas otras formas de pecado.
Si la gente que nos rodea revela conductas poco acordes con la palabra de Dios, lo adecuado no es rechazarlos, sino estar allí con nuestro testimonio. Pero con un testimonio que imite verdaderamente a Cristo!. Sin compartir su forma de vida, mantengamos un puente de comunicación con ellos, que nos permita un día y en el tiempo de Dios, mostrarles a la luz de la Biblia su equivocada forma de vivir.
Por ellos también murió y resucitó el señor Jesucristo; y es deber nuestro llevarles el plan que Dios tiene para ellos.
Miremos por quiénes vino Jesús:“….Jesús dijo: los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12).
Miremos por quiénes vino Jesús:“….Jesús dijo: los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12).
Obviamente esto va de la mano con mucha oración intercediendo por estas personas que se están perdiendo, pues Dios es quien hace la obra en ellos, así como un día la hizo en nosotros!.
“El que en Él cree (Jesucristo), no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado” (Juan 3:18).
PREGUNTA: Qué tanto hace usted por los que se pierden?
MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -