Conocedor del proceso que se gesta a su interior, el creyente se aferra a la Palabra para proveer el combustible necesario. Nada más transformador en la vida de una persona que lo que dice Dios en la Biblia.
Para el aún incrédulo, escucharla es el principio de todo; nada puede inquietar más el corazón que encontrarse con la verdad. Una que ha estado ahí por siglos, y que si no la han visto muchos, es porque va de la mano de Uno, que quiere que seamos como Él.
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,” (Colosenses 3:9,10).
Dice la Biblia que dejemos el viejo hombre, y esto únicamente se logra con la ayuda efectiva del Espíritu Santo que habita en nosotros. Que cambiemos de vestido dejando esos harapos que llevábamos en el mundo y nos pongamos las ropas nuevas del Evangelio.
También dice que aquel que nos creó, el Dios Todo poderoso nos quiere conforme a su imagen y para esto también vino Cristo. Para ser ese ejemplo perfecto y que nos guie al día en que seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos.
Pero el asunto no queda ahí, dice la última parte del verso, que la renovación nos ha de llevar hasta el conocimiento pleno, y que bendición cuando entendamos las muchas pequeñas y grandes lagunas que aún hay en nosotros.
Nuestro entendimiento limitado no nos permite entender muchas cosas, no podemos dimensionar la creación de Dios y Sus propósitos.
Cuando hablamos de creación, escasamente vemos lo que está frente a nosotros, pero si miramos hacia arriba en una noche despejada, nos sentiremos abrumados al tratar de dimensionar lo que hay a mil años luz de aquí.
O cómo entender por qué el Dios creador de todo esto se ha fijado en nosotros. Si estudiamos un poco sobre lo que son los ángeles y sus alcances, veremos que no somos nada junto esas criaturas también creadas por Él.
Qué tiene el Señor planeado para los que le crean?. La Biblia dice suficiente como para hacernos una idea, así como también para aquellos que lo ignoren. Pero la pregunta del millón sigue siendo por qué?.
Ustedes perdonaran apreciado lectores, pero ya son muchas las veces que me he sentado a reflexionar sobre esto. Quién soy yo para que Dios se haya fijado en mí y bien lo dice Job “Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y para que pongas sobre él tu corazón,” (Job 17:7).
Es aquí donde regresamos a la última parte del verso inicial: “…hasta el conocimiento completo”
REFLEXIÓN: El día que lo entendamos, estaremos aún más agradecidos por su Gracia!
REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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