jueves, 16 de enero de 2025

ESQUIVOS

Cuando vemos el diario vivir de la gente que nos rodea, no importando su trasfondo social, académico, religioso o económico, y en cualquier parte del mundo, nos encontramos con que todos corren diariamente para lograr llegar al final del mismo.

De cada día, cada semana, mes o año, todo es una lucha sin sentido y sin norte, que produce una falta de satisfacción por lo vivido y una inmensa zozobra por lo que será el mañana.

Y más allá del mañana, de esa eternidad que todos tenemos en mente y hacia la que impajaritablemente tenemos que ir. Algunos creen en la reencarnación, otros piensan que con la muerte acaba todo, y podemos imaginarlo en cualquier tipo de creencia en este mundo sin Dios.

El asunto tiene tanto de largo como de ancho, y dependiendo de lo que usted crea será su  percepción del futuro. Hay muy en el fondo de cada persona un anhelo de bienestar, que ni con todo el dinero de este mundo se ha podido llenar.

Desde el indigente hasta el magnate, nada lo ha podido satisfacer, esa cama de cartón debajo del puente en el metro o el yate de varios millones fondeado en una isla paradisiaca. Todo es lo mismo y persisten aunque cansadamente, en la búsqueda de ese algo que hay, pero que parece tan esquivo.

Debe haber algo que cure esta ansiedad que va más allá de tener hambre o de estar saciado. De andar en harapos o con ropa de marca, de comer las sobras de alguien o el plato gourmet de U$200 dólares.

Es triste ver a tanta gente revolcándose en su escases o sus excesos, pero que no quiere ver la sencilla e inmutable palabra de Jesús Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

La solución está ahí, siempre lo ha estado y es sólo que no la han  visto, nadie se la compartió o simplemente la ignoraron. Entonces vale la pena reflexionar, sobre si esta verdad ha sido la esquiva o nosotros somos los que hemos sido esquivos para ella.

Dios siempre ha estado ahí, desde siempre Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Salmos 106:48), y si usted no lo ha visto apreciado lector, es porque no ha querido.

En algún momento de su vida alguien le ha o le habrá de compartir de Él; la Palabra de Dios es clara y El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18).

Hasta ahora el panorama tiene tanto de complicado como de esperanzador, pero es su decisión personal. Hay una oportunidad tan eterna como Dos mismo "Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen” (Salmos 103:17).

REFLEXIÓN: Desde la eternidad ha habido esperanza, es sólo que usted no la ha visto!

REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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