martes, 28 de enero de 2025

DIVISIÓN

Hace muchos años alguien dijo que lo fácil no vale la pena, y que si algo se ha de valorar, es lo que con lágrimas se logra. Y esto es precisamente lo que no hace el mundo de hoy, entre más fácil se logre el dinero, mejor.

No importa a qué hay que acudir, o a quien se debe atropellar, lo interesante es lograrlo, así la reputación propia y de la familia quede por el piso. Y no estamos hablando del vecino o del primo nuestro, lo escuchamos en los gobiernos corruptos del mundo.

Pero regresando a nuestro contexto de creyentes, el asunto no es precisamente diferente, y cuando de sobresalir o mandar se trata, el hecho de que se “trabaje para Dios”, muy poco cuenta.

Muchos son los ministerios que se vienen abajo, en casos se trata de la cabeza o de sus mandos medios que acuden a todo, menos a la Palabra. No faltan las pugnas generadas por querer figurar y la frase “el derecho a hacerse oír es muy común”.

Derecho de hacerse oír, desde cuando en la Obra del Señor es un ser humano el que dicta lo que se hace o no?. El único que tiene el derecho, y desde luego muy bien ganado es Dios como Creador a través de Su Palabra.

Pero de ahí, a dedicarse a torpedear un bien intencionado liderazgo que esta basado en la Biblia y con la autoridad delegada de la cabeza de la congregación, el resto tiene un solo nombre: envidia.

Cualquiera pensaría que no existe entre los cristianos, pero tal vez no son tan cristianos los que en esto incurren. “…que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido,” (Romanos 16:17).

Lo cierto es que no es fácil y fue un Samuel Brengle el que dijo: El liderazgo espiritual no se gana con ascensos, sino con oración y lágrimas. Con humildad, obediencia y sacando todos los ídolos que aún subsisten en cada uno de nosotros.

Es necesario volver a la Palabra, a la Biblia como fundamento de cualquier llamado, al estudio y a una vida de transformación. La iglesia moderna habla mucho de bajar las barreras, pero eso no es de Dios.

La  iglesia primitiva se fundó bajo parámetros muy claros, con pocas palabras y muchas acciones. Con un rechazo tajante al pecado y una definitiva voluntad de ajustarse a lo enseñado por Jesús.

Personajes como Pedro se la jugaron y hasta casi se ahoga por buscar eso que no entendía, pero que buscaba con todo su corazón. Pablo pasó de ser un religioso recalcitrante a un siervo humilde del Señor.

Así que no nos vengan con más pañitos de agua tibia, hagamos lo que dice Dios en la Biblia y no pongamos tanta energía en la música, en los dramatizados y en los campamentos o reuniones estériles.

REFLEXIÓN: Cuando a un piloto de avión le dan un manual y no lo usa, se mata!.

REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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