Este es un tiempo que nos invita a reflexionar de manera especial, sobre las acciones del hombre con su entorno. Lo que sí queda claro, es que no siempre su intervención por bien intencionada que sea deja buenos resultados a largo plazo.
Esto obviamente tiene todo que ver con nuestra naturaleza y tristemente vemos cada día más el deterioro en el corazón de la gente. No hablamos sólo de aquellos que están de manera abierta al margen de la ley.
Esa desafortunada condición, cala hasta lo más profundo de la sociedad. Aborda el corazón del “venerable” anciano que se presta para llevar droga ilegal en su silla de ruedas o que simplemente hace caso omiso del hijo que se ha convertido en un capo de este triste negocio, pero le da todo lo que necesita.
De los “líderes ilegítimos” de gobiernos que someten a pueblos enteros, estamos hablando de millones de personas expuestas a un éxodo que destruye y mata a mujeres, ancianos y niños. Sólo por sus intereses egoístas, pero que tarde o temprano habrán de afrontarlo.
Pero si hablamos de buenas intenciones, podemos hablar de una pareja que quiso ayudar inclusive a Dios. “Ayudarlo”; lo único que sabemos es que no entendieron los tiempos del Señor, y estamos hablando del padre de la fe, del amigo de Dios.
Efectivamente pensamos en Abraham y su señora, que como muchos de nosotros no supieron esperar en el perfecto plan del Señor. Cuántas cosas se hubieran evitado en la vida de ellos en su tiempo y para su pueblo cientos de años más tarde si solo lo hubieran entendido.
Hoy a través de la historia hemos visto la persecución del pueblo de Abraham, los judíos no solo en la tierra prometida, sino en el mundo entero. Y sólo porque ellos quisieron buscar descendientes en una esclava extranjera.
Hoy es precisamente la descendencia de esa esclava, la que sostiene una guerra en y contra Israel que ya pasa del año. Es un asunto preocupante en términos de hombres, pero también es ya un asunto juzgado por Dios.
A través de Israel, hemos sido bendecidos todos los pueblos de la tierra en el mensaje de salvación que nos trajo Jesús “…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3b).
Esto es algo que nos invita a orar por este conflicto en la voluntad de Dios, y en razón de que esto puede escalar súbitamente a uno de proporciones mundiales. Son muchos los enemigos de Israel y todos están esperando la oportunidad para destruirlos.
Es sólo que la voluntad del Señor no lo va a permitir en términos bíblicos y por el contrario se encargará no sólo de los que los ataquen militarmente, sino de todos los que hablen en su contra “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré;…” (Génesis 12:3a).
Como ficha resumen, tenemos lo que se dijo al principio, no siempre es adecuado tratar de ayudar a Dios en Su plan para nosotros!.
REFLEXIÓN: Evidentemente Dios no necesita secretarios que le ayuden!
REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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