Las religiones del mundo y en su gran
mayoría, tienen como parte importante de su doctrina la práctica de la
idolatría. La encontramos afincada en varias culturas de la tierra y con un
factor común: las imágenes.
Adoran artefactos que ellos mismos fabrican
y pueden llevar de un lado para otro de acuerdo a sus necesidades, pero los
cristianos adoran al Dios del cielo que es quien los lleva a ellos “…sus imágenes fueron puestas sobre
bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son
alzadas cual carga” (Isaías 46:1-6). En
casos como la India o Haití, impresiona ver la miseria en que viven estos
pueblos y cómo siguen depositando su confianza en esos bustos de yeso o madera.
La Biblia lo expone claramente en
diferentes partes del Antiguo y Nuevo Testamento; lo realmente importante de
esto radica en el claro rechazo que el Señor da a esta práctica y sus
consecuencias.
A pesar de la seriedad del tema encontramos
uno ameno relato, cuando los filisteos tomaron (secuestraron) el Arca del Pacto
de Israel “…cuando al siguiente
día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra
delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar” (1 Samuel 5:1-5). Cómo el ídolo de ellos se veía derribado y
luego destrozado; vale la pena que lea el relato completo y al divertirse entienda
a quien debe su lealtad.
También encontramos otros dramáticos
como el de Aarón, que cediendo a las exigencias del pueblo fabrica un ídolo de
oro para que los gobierne ante el no regreso de Moisés y la disciplina de que
Dios les da.
Nada más absurdo que poner su confianza
en una imagen hecha por otro hombre y cómo entender esto aún de parte de personas
leídas, estudiadas o cultas en nuestros días. Esto sólo se explica en la falta
de conocimiento de Dios; el mundo se estima sabio y controlador de los tiempos
y la ciencia, pero no puede discernir lo sencillo.
Corazones cegados por un espíritu de
error, negados a toda lógica o Palabra y es por esto que preguntamos quién
lleva a quien. Es como esperar que la nevera me sane de una enfermedad cuando
lo único que puede hacer es enfriar los alimentos y esto con la ayuda de
electricidad.
Por qué no hacer un alto en el camino
y meditar sobre la simple lógica que tiene a un busto de yeso inanimado
gobernando mentes de hombres.
REFLEXIÓN: Cuando la lógica ya no
funciona, la única esperanza es Dios!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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