jueves, 1 de febrero de 2018

EL SUEÑO



Se ha puesto a soñar en cómo sería el mundo ideal para usted y compararlo con lo que le rodea. Partamos de la base de un mundo sin personas egoístas, que  no vivan en función de lo material, sino de seres que se preocupen más por los otros que por si mismos.

No es difícil imaginarlo ya que tenemos ejemplos de lo malo en cada persona que encontramos. La humanidad esta tan permeada de lo opuesto al diseño original de Dios, que es algo así como decir que quisiéramos lo blanco y no lo negro.

Para esto encontramos una recomendación bíblica en letra del apóstol Pablo  “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8).


El escritor dice que “pensemos en esto” y lo hace como la base de la nueva vida del creyente. Mientras no hagamos una limpieza a fondo de todas las acciones, palabras y pensamientos no podemos siquiera aspirar a ser imitadores de Cristo.

Somos conscientes del reto que esto implica, pero también debemos saber que ésta es una tarea que no vamos a lograr solos. Ser seguidores de Cristo es complicado, no obstante Dios nos da las herramientas necesarias para lograrlo.

Primero nos ofrece una salvación gratuita, asunto que debemos digerir a la luz de que no podemos lograrla por nuestros propios medios (Lucas 16:19); segundo nos da un director de proyecto (Su Espíritu), que no sólo dirige, sino que anima, instruye, redarguye y da sabiduría.

Cuando entendemos lo básico el resto viene solo si estamos dispuestos y el Señor ya no se va a esperar términos medios. Se es o no y esto lo vemos claro en (Apocalipsis 3:16) “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

Decídase a ver con un corazón desprovisto de prejuicios el mensaje de salvación de Dios en Cristo. Anímese a ser la persona que Dios quiere de usted; le encantará saber que el Señor tiene planeado un cielo y tierra nuevos, en los que ese sueño del que hablamos al comienzo sea una realidad; “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento” (Isaías 65:17).

Parece utópico, pero igual de imposible lucía esta tierra antes de que Dios interviniera; no obstante aquí estamos y producto no de la evolución que muchos enseñan; sino de un evento creador del que todo lo puede.

REFLEXIÓN: Este es un mundo en el que lo fácil parece imposible!

REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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