La reflexión
de hoy se suma a otras que prácticamente tienen que ver con un tema
predominante y es el de la apostasía. Cada vez la iglesia se aleja más de los
principios bíblicos y para nosotros es de vital importancia ese mantenerse en
la verdad de Dios.
El mismo Jesús habló de estos tiempos
y aunque Él los contempló, debe ser de alguna manera triste encontrarse con que
hoy son una realidad. Que muchos por los que Él dio su vida y han conocido su
plan se alejen debe ser complicado.
No sé para usted, pero sólo ayer lo
vivía en una reunión de trabajo en la que mis expectativas iban mucho más allá
de lo que realmente alcanzaron. Esperaba un grupo de trabajo interdisciplinario
que respondiera las inquietudes de otro muy exigente y la gente no llegó.
La sensación de frustración sobre todo
cuando uno está respondiendo en cierta forma, es muy desagradable y me tomó la
tarde entera digerir el tema y entregárselo al Señor para levantarme.
En muchas congregaciones el
"entretenimiento religioso" ha sustituido a la santa quietud de la
adoración. El santuario o púlpito es un teatro o escenario más, en el que se
entretiene a un auditorio con música o anécdotas que llevan a la risa; pero no
a una exigencia a la santidad.
Para ellos cuando la iglesia se
congrega, lo más importante es "divertirse", hacer ameno el rato y no
aburrir. Según ellos la iglesia debe ser un ente cambiante que llame a las
nuevas generaciones con propuestas igualmente nuevas.
Sin embargo para aliviar sus conciencias
y en el mejor de los casos se hace un "corto devocional" antes de que
termine el servicio y piadosamente dan gracias a Dios por haberles permitido
pasar un tiempo agradable.
Tiempo en el que Dios nunca fue el
centro de atención y reverencia, sino el público al que hay que entretener para
mantener las finanzas del “ministerio”; organización con las entradas y salidas
contables propias de cualquier negocio.
En el Señor y a pesar de ser Dios, se
debe dar un tema de profunda tristeza por todo lo que ha depositado en la
iglesia de Cristo. Rescatada de una humanidad perdida por precio de sangre y
que poco a poco regresa como el perro al vomito
“Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada
a revolcarse en el cieno”
(2 Pedro 2:22). Suena duro, pero son palabras bíblicas y que deberían ponernos
a reflexionar sobre los falsos
profetas que invaden los pulpitos de hoy.
REFLEXIÓN: Dios ve, oye y tiene la perfecta
lectura de lo que hace, dice y piensa la iglesia!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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