sábado, 31 de marzo de 2018

COMPLEMENTO


En la vida del hombre creyente, se ven muchas situaciones para las que el Señor siempre tiene una solución, respuesta o complemento. No existe tratamiento en la vida de éste, en el que Dios no esté sacando provecho.
El Señor siempre tiene un propósito de formación en todo lo que permite y aún en las situaciones asociadas a pruebas o tentaciones, Él está presente con su apoyo “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13).
Todos debemos sortear diferentes situaciones en el diario vivir y la Biblia nos enseña a proceder desde los gestos, miradas, palabras o acciones. Este verso es muy amplio y necesita ser tenido en cuenta, especialmente cuando uno se siente solo frente a algo.
Es claro que el inconverso sí está solo con sus problemas, angustias y sin esperanza, pero el hijo de Dios está bajo la cobertura del Padre y de ahí, que siempre haya una solución para cada caso por complicado que parezca.
Es apenas obvio que surjan situaciones complicadas y más cuando Dios mismo advierte sobre el hecho de mantenerse fuera de estas. Bien sabido es que aquel que resbala fácilmente no debe acercarse a las arenas movedizas, y cuando se incurre en alguna situación voluntariamente se está tentando al destino mismo.
Hace mucho tiempo un joven “creyente”, me preguntaba si Dios le protegería al entrar en una discoteca; la respuesta era apenas obvia: Dios no entra a sitios en los que reina Satanás con alcohol, droga o sexo y si una persona lo hace, debe asumir la responsabilidad por lo que ocurra allá dentro.
No podemos asumir que Dios está usando también un sitio de estos, para probar nuestro carácter y exponernos deliberadamente. La Palabra dice claramente que no se ha de tentar a Dios (Mateo 4:7).
Un viejo relato sobre esto nos dice que un niño mirando una vela prendida le preguntaba a su madre si podría meter el dedo. Su madre le contestó en repetidas ocasiones que no; pero la tentación le pudo y por fin se quemó.
Así somos los seres humanos, somos advertidos de muchas formas por Dios sobre los temas propios de la vida, no obstante nos empecinamos en hacer lo prohibido, lo que no edifica; lo hicieron Adán y Eva (Génesis 2:16,17), y no hay prueba más clara de nuestra herencia de pecado adquirido, que el que hecho de que nosotros sigamos haciendo lo mismo (Romanos 6:23).

REFLEXIÓN: Que una simple pero destructora tentación no nos separe de Dios!
REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡COMPARTA DE GRACIA, LO QUE DE GRACIA RECIBE!
Síganos en Twitter:  @ReflexionBi