jueves, 5 de junio de 2025

MISIÓN IMPOSIBLE

Cuando el pueblo de Israel con setenta personas llegó a Egipto, lo hizo en los mejores términos. José era el segundo en el gobierno y tenía todo el favor de parte del rey. Al fin y al cabo, había salvado al imperio de una hambruna segura.

Mucho tiempo después y estamos hablando casi 400 años, este pueblo a pesar de haber crecido mucho paso a ser esclavizado y es cuando nace un libertador dentro del plan de Dios.

Nace Moisés y a pesar de ser criado y educado en palacio por la hija del rey de turno, no puede ser indiferente ante el trato que recibía ese pueblo, el mismo suyo Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel…Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así”. (Hechos 7:23-25).

Es así como prácticamente termina desterrado por defender a uno de los suyos, y pasarán muchos años antes para ser reiterado ese llamado de libertar al pueblo judío. Tuvo que pasar cuarenta años en el exilio para que Dios se le apareciera y encargara con esta misión.

Así las cosas, Moisés ya estaba tan acomodado en Madian que hasta esposa e hijo tenía, y de golpe llega el Señor a proponerle hacer lo que él mismo había tratado de lograr años atrás.

A lo que vamos en esta reflexión, es al hecho de que  Dios tiene que trabajar una y otra vez encada uno de sus proyectos con los hombres. Tal vez hubiera sido más fácil liberarlos cuando Moisés aún tenía el favor de su padre adoptivo.

Pero luego tiene que regresar y comenzar por persuadir a su pueblo con la ayuda de Aarón, para que se hagan a la idea de salir de allí. Estaban esclavizados, pero parecían estar amañados con esto.

Es así como mientras estaban en pleno éxodo reniegan de su falta de alimento e invocan la comida de esclavos que recibían “Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud” (Éxodo 16:3).

El hombre no es nada fácil y si ahora trasladamos esto a los últimos dos mil años, vemos que el Señor sigue lidiando con nosotros como humanidad. También ha enviado un Libertador, un Salvador que rechazamos como a Moisés.

Algo que sí hay que valorar y agradecer, es el deseo permanente de parte de Dios de hacer un pueblo para Él. Primero con el pueblo judío en Abraham, y ahora con la Iglesia  en su Hijo Jesús.

Cuando alguien me pregunta sobre algo que me impresiona en la vida, mi respuesta no es el carro, el avión, la casa o la riqueza por mucha que sea; lo que sí me impresiona, es la misericordia de Dios, Su gracia, Su paciencia y su gran amor por Su creación.

REFLEXIÓN: El hombre es el que no ha querido ser salvo, Dios siempre lo ha buscado!

LA REFLEXION ES PARTE DE LA VIDA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!