martes, 6 de mayo de 2025

ÉXITO EN LA CRIANZA

De acuerdo a los parámetros del mundo, el individuo promedio está criado para ser servido y no para lo contrario, servir. Desde pequeños y más en los tiempos de hoy, al niño se le interpreta todo, se le alcanza todo, se le alza todo, se le hace todo y se le da todo.

El peladito no sabe articular palabra y ya está manipulando a la madre.  Es impresionante el grado de control que tienen y no se hable de cuando los llevan al supermercado, y no se les da el chocolate que han visto en tele y que está justo al lado en la fila para pagar.

En tiempos de colegio las tareas son de los padres, y estos deberían ser los graduandos ya que fueron los que realmente estudiaron y no esa parranda de pequeños perezosos.

Llega el tiempo de universidad y todavía hay que llevarlos o recogerlos, todo para que ellos tengan tiempo de vagar con sus compinches o llegar a casa y tirarse a ver televisión. Con la mayoría de edad creen que “todo se lo merecen”.

Será que sí estamos haciendo un buen papel como padres o no es así en su casa?. No hay que ir tan lejos para confirmarlo, y aun cuando se han ido de casa esperan que se les cuiden sus hijos si es que los tienen.

Vale la pena evaluar y reflexionar sobre la tarea hecha o la que se está haciendo. No podemos pretender un mundo mejor, si como “adultos” cada vez hacemos más laxas las normas básicas de crianza.

Conocemos no uno, sino muchos casos de cerca. En tiempos pasados y hablo de mi caso, éramos cuatro varones en casa, pero todos aprendimos a planchar, a cocinar, a lavar, a barrer y hasta mecánica automotriz antes de salir de la casa paterna.

Los padres eran nuestros mentores, y esto implica a alguien que se preocupa por que su discípulo logre lo mejor de sí, y no porque tenga lo mejor del mundo. No juzgamos al proveedor responsable, aquel que pasa mucho tiempo fuera trabajando; pero sí al alcahueta que cree que el tiempo de calidad en familia se compensa cubriendo demandas de los monstruos que está criando con cosas.

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45), este es apenas un verso que muestra el principio básico de la formación que debemos dar, pero aun los mismo creyentes caen en esto.

Así las cosas, podemos decir que el éxito del creyente cristiano dentro de su integridad y santidad, debe medirse de manera muy importante, en la cantidad de personas a las que sirve.

REFLEXIÓN: No puedo imaginar a los creyentes llegando al cielo para tirarse a ver la tele!

LA REFLEXION ES PARTE DE LA VIDA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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