jueves, 2 de mayo de 2013

A BUZÓN



Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6)

Años atrás cuando la única opción de comunicarse era un teléfono fijo o una visita, se sentían menos el rechazo, la grosería o indiferencia. Al marcar se dejaba timbrar en varias ocasiones y si no había respuesta, la impresión era simplemente de “No están”.
Hoy el asunto es distinto, pues en el celular, correo o redes sociales se sabe cuando lo mandan a buzón o lo leen y en resumidas, uno sabe cuando es rechazado.
Ocupación, egoísmo, grosería, mala educación o cualquiera sea el motivo, el hombre siempre tendrá una excusa para posponer la necesidad del otro. Hace años me encontré con un pastor que al momento de solicitar hablar con él unos minutos, simplemente me mandó a hablar con su secretaria. No ha sido la única experiencia y este es el comportamiento aún en la iglesia de Cristo, cuando al que está en necesidad se le dice: “Por favor llámeme a la oficina y en horas hábiles”
Sin embargo vemos en la Biblia que el señor Jesús siempre estuvo disponible para el que lo necesitaba. Vemos que Dios siempre está listo a escucharnos. Obviamente su posibilidad de Omnipresente se lo permite; pero qué hay cuando el necesitado toca a mi puerta o al celular?
Gracias a Dios, por que en Él siempre encontramos la escucha, el consejo, la ayuda, la provisión, el consuelo y sobre todo con un carácter oportuno, inmediato, ya mismo y no “nos manda a buzón o a llamar a Su secretaria”.

PREGUNTA: Que siente usted cuando lo mandan a buzón?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –