En el
verso de hoy encontramos algo que se puede considerar la antítesis de la
cultura presente. Nada más lejano del hoy en donde priman el egoísmo, la
mentira, los odios y la intolerancia “No se goza de
la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:6,7).
Intolerancia
para lo bueno y santo de la creación, por que para lo que la Biblia considera
pecado si tenemos la puerta abierta de los derechos mal otorgados. Triste, pero
aunque usted no lo crea, esto también está claramente profetizado en los
relatos bíblicos.
Se trata
del amor de Dios en sus términos e implantado en los dos primeros seres creados;
esto, en el entendido de que ellos hubieran seguido sus instrucciones. Conocida
es también la historia de cómo se alejaron, abriendo la puerta para lo que hoy
tenemos como amor; pero que no pasa de fornicación, adulterio o la
homosexualidad.
En
Estados Unidos se prohíbe enseñar en las escuelas los principios de la Biblia,
pero no hay problema en que los niños lleven pornografía en sus mochilas. Se ha
llegado al colmo de denunciar ante la “justicia” el porte del libro más
reproducido y conocido del mundo: La Biblia!
Todo está
“up side down” o al revés, todo se vale, todo se admite y hasta los más viejos
se gozan de esta triste circunstancia, con la excusa de que son otros tiempos.
Para Dios no hay tal y por el contrario nos insta a regresar a lo básico.
No es
fácil, la sociedad está tan corrompida que son pocos los que tratan de vivir
sanamente. Al que lo hace se le mira como bicho raro y proponer un negocio
honorable es un insulto.
Conozco
de primera mano una cultura en la que el “torcido” es parte vital de cualquiera
que sea el negocio. Por encima de la inversión, la ganancia, la perdida, los
impuestos o cualquiera de los parámetros de cualquier empresa, se calcula cuidadosamente
la forma de hacer la trampa.
Perdón
por el triste panorama descrito hoy, pero esa es la realidad y no tiene sentido
ocultarla con frases que suavicen la realidad. Todo está tan lejos de ese: “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”;
que pareciera que nunca existió.
Dios ha
determinado que todo esto tenga su fin y que sólo aquellos que busquen a Cristo
como su modelo de vida puedan salir adelante. No hay más opciones; no hay
religión, filosofía o ciencia que pueda salvar a la humanidad de lo que se
viene.
REFLEXIÓN:
El cambio no está en el hombre, está en un Hombre: Jesús!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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