Alguna vez escribimos sobre esto y lo más relevante de todo, es que cuando se mezclan las emociones, siempre se pierde. Es como cuando se va a adelantar un carro en carretera, si se duda se puede causar un accidente.
Estamos llamados a amar a los demás como a nosotros mismos, pero la expresión de ese afecto, en ningún caso puede ser motivo para perder la objetividad. En la Biblia hay mucho material sobre el tema y vale la pena tomar un par de ejemplos.
Si miramos en el Antiguo Testamento, nos encontramos con un padre permisivo con sus hijos. Se trata de David y su no disciplina para Amnón frente a su abuso contra su media hermana Tamar.
Esto origino una venganza de parte de otro de ellos, Absalón terminó matando a Amnón y por poco le quita el reino a su padre. En ambos casos fue permisivo, y esto casi le cuesta el respeto y el poder frente al pueblo.
Esto aplica perfectamente a los padres de hoy, cuya pasiva respuesta frente a la grosería de los hijos, termina por perderlos. Hace cincuenta años había problemas en las familias; pero nunca se vio a tantos jóvenes sumidos en la droga, el sexo, la homosexualidad y otros.
La falta de una posición firme, hace estragos en cualquier situación, ya sea en casa, el trabajo o la iglesia “La reconvención es molesta al que deja el camino; Y el que aborrece la corrección morirá“ (Proverbios 15:10).
Ahora veamos la aparente indiferencia de Jesús frente a la muerte de su amigo Lázaro. Tan pronto fue avisado de su enfermedad, decidió quedarse dos días más en Betania. Cualquiera de nosotros habría corrido, pero la voluntad de Dios tenía un propósito en esto.
Si hubiera obedecido a sus emociones y corrido para sanarle, no habríamos tenido un testimonio tan esplendido como el de la resurrección de su amigo. Amaba a su amigo y a sus hermanas; pero primero estaba la voluntad de Dios.
Cuál es su caso; en que situación está inmerso y preso de las emociones?. Hogar, oficina, su vida espiritual?. Para todo esto el Señor deja una directriz, buscar Su sabiduría, y por duro que sea disciplinar a un hijo, reconvenir a un hermano o simplemente abstenerse de algo, su deber es no permitir que las emociones primen.
Sé que no es fácil y en todo tenemos nuestras luchas; pero es bueno recordar que Dios está esperando que las mantengamos al margen.
REFEXIÓN: Los sentimientos en muchos casos, son el origen de los problemas!
REFLEXIONAR EDIFICA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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