jueves, 7 de enero de 2016

A QUIÉN HONRAR



“Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?” (Salmos 4:6)

En el mundo siempre se han otorgado menciones, condecoraciones,  placas, bustos y homenajes en vida o póstumos a hombres.  Cada año se postulan hombres, entidades, ciudades o países con el ánimo de recibir reconocimientos.

Personas que en su concepto creen merecer algo por lo que han hecho, pero sin pensar en que hay otros en esferas muy lejanas y anónimas que dan sus propias vidas y sin que nadie las vea o reconozca.

Se emplean millonarios recursos y tiempo haciendo lobby para lograr estas postulaciones montando verdaderas campañas para llevar a cabo sus propósitos. Vemos ciudades con reconocidos problemas de orden social, que hacen de esto parte de su programa de gobierno; sólo con objeto de montar cortinas de uno que distraigan a sus habitantes de la miseria en que viven.

Días atrás en un festival de cortometrajes en Latinoamérica, veía con tristeza aunque sin asombro por lo descompuesto del mundo, como en la votación solicitada por el concurso vía internet al público, se montan infraestructuras tecnológicas de mucha o poca monta, para que computadores con un sencillo programa voten ininterrumpidamente por alguno de estos.

Muchos de estos homenajes o premios luego se ven desvirtuados por que sale a la luz la verdad de la vida y obra de los homenajeados o premiados, que empaña el brillo que se tuvo en algún momento.

Es sólo una más de las facetas propias de una naturaleza que día a día se corrompe más y más. El engaño es sólo parte de la vida moderna; es uno más de todas las cosas que Dios rechaza y que dejó claramente expuestas en la Biblia.

La verdad es que sólo Dios merece ser exaltado. Él es el único como lo dice la Palabra, que merece todo el honor, gloria y la alabanza. Para los creyentes y frente a este mundo corrupto, sólo hay una forma de honrarlo: con obediencia y siendo verdaderos imitadores de Cristo.

PREGUNTA: Ha pretendido usted robar el honor a Dios alguna vez?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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martes, 5 de enero de 2016

TODO ESTARÁ BIEN



“He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15)

Por muchos siglos hemos tenido un mundo de injusticia en todo sentido; el que roba tiene la posibilidad de disfrutar lo robado y le dan la casa por cárcel, el asesino o el violador se va o no paga por que está enfermo o viejo, el narcotraficante sale libre por un mal procedimiento en el arresto y otros muchos.

Este tipo de patrañas que logran liberar delincuentes llamadas “tecnicismos” en muchos casos; se encuentran como parte de leyes de hombres imperfectos, dictadas por legisladores corruptos y empleadas por defensores que derivan sus ingresos de la búsqueda de éstos vacíos.

Es tan inmoral que los delincuentes que tienen con que pagar logran su libertad, no así los pobres que aún siendo inocentes llenan las cárceles. Desanima un sistema de “justicia” cuestionable en el que los abogados prestigiosos, son aquellos que logran la exoneración de los bandidos y los jueces se limitan a administrar leyes; pero nunca justicia.

En contraste es todo un alivio saber que en Dios si hay justicia perfecta y los que tenemos esperanza en Cristo iremos a Su presencia no sólo revestidos de Su Gracia salvadora; sino seguros de que no importa lo que de allí pase, será perfectamente justo.

El verso de hoy dice que aunque Dios me mate, en Dios esperaré y esto hace la gran diferencia. Que preciosa convicción la que nos hace esperar lo justo con gozo no importando si somos enviados al mismo infierno, esto en la convicción de que será lo que merecemos.

Vemos cómo la esperanza en un Dios Todopoderoso, Omnisciente y Omnipresente, nos permite estar totalmente tranquilos aún para el castigo si fuera el caso. Es algo merecido y recibir el perdón por la Gracia de Dios, debería hacernos reflexionar más aún, sobre el infinito favor recibido siendo pecadores.

El Señor es perfecto, el Señor es justo y su infalibilidad nos da paz.

PREGUNTA: Tiene usted este tipo de paz?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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viernes, 1 de enero de 2016

NADA CAMBIÓ



Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. …Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” (Juan 15: 5-8)

Hoy es primero de enero del nuevo año y podemos asegurar que nada sustancial en la vida de las personas cambió. En la pasada reflexión tocábamos el tema y tal vez hubo mucha actividad en las dos pasadas semanas, que contrasta con el día de hoy en su soledad y desesperanza.

Será que los propósitos que se plantearon al tocar las doce de la noche llegaran al fin del primer día del año?.  Lo que si debe estar vigente a esta hora en algunos es la resaca o guayabo que llaman. Los excesos, no sólo en alcohol, sino en comida comienzan a pasar la factura.

Lamentablemente muchos de estos excesos tienen a muchos ahora mismo en un hospital, en una morgue y en el mejor de los casos al comienzo del pago las tarjetas de crédito que los permitieron. Nuevamente se plantea si tanto el balance del año anterior como los propósitos del nuevo tiene algún fin. 

Dejar de fumar o beber, volverse fiel al matrimonio o el más popular que es bajar de peso, representa en principio un buen deseo; pero será que hay la capacidad de resolución y dominio propio como para mantenerse en el camino y sacarlo adelante?

Estos propósitos son más antiguos de lo que todos pueden pensar y nos llevan a la cultura babilónica unos tres mil años atrás, en tiempos en los que se creía en un cambio de etapa por eventos místicos en la media noche del 31 de diciembre y que permitían que estas decisiones se cristalizaran.

No obstante y como  lo vemos en cada año, la gran mayoría sino la totalidad de estos propósitos se quedan en el aire. Propósito o intención puede considerarse lo mismo y nos encontramos con que el camino al infierno está lleno de buenas de éstas intenciones.

Debemos tener en cuenta que si estos están fuera de la voluntad de Dios, nada ha de prosperar. Sin la intervención directa del Señor no hay nada que hacer o si lo que se propone no le va a dar la Gloria a Él. Dios mismo pone en nuestros corazones tanto el fin como los medios para hacerlo y nos da seguridades como lo muestra Filipenses 4:13.

Que nuestras metas sean crecer espiritualmente y vivir la Palabra, leer más la Biblia, estudiarla y desarrollar intimidad con Dios; enriquecer el tiempo de oración o simplemente obedecer. Hay muchos propósitos que transformaran su vida, pero de la mano de Dios.

PREGUNTA: Será tiempo de replantear sus propósitos?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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