“Escribas
y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y
dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe” (Mateo 23:23)
Con frecuencia encontramos que
preferimos cumplirle al sistema primero que al principio que lo inspiró. En
varios relatos bíblicos encontramos ejemplos y entre otros, el de la
importancia de honrar a los padres (Éxodo 20:12) y
que cualquiera que los maltrate debe morir (Éxodo 21:15).
Estos dos versos deberían bastar para
que nuestra conducta hacia seres tan preciados como ellos fuera la mejor. En
los países desarrollados y aún llamados cristianos, hay un total desprecio
hacia el adulto mayor y sería interesante confrontarlos con lo que dice Dios.
Si nos remitimos al mandato como tal
en una sana relación con Dios, lo indicado es obedecerle a Él antes que a
cualquier norma religiosa. En tiempos del Señor Jesús, se tenía más en cuenta lo
que decía el hombre que al que dispuso la ley misma.
Cita el señor Jesús con mucha claridad
en el pasaje del “corban” (Marcos 7:11), cómo un hombre prefería tener a sus
padres en necesidad a incumplir con esta ley. Corban quiere decir ofrenda a
Dios, es muy importante dentro de la ley judía; pero dónde esta prioridad?
No se necesita medio centímetro de
frente para entender la prioridad en este caso. Sin embargo ésta no solo era
una práctica de aquel tiempo, sino que se sigue haciendo y no sólo en lo que
tiene que ver con asuntos familiares, sino con los mandamientos básicos de
Dios.
El sistema religioso en cualquiera de
sus presentaciones prima sobre lo que espera Dios del hombre y vale la pena
cuestionar a todos aquellos que siguen a hombres e instarlos a que su relación
no sea sólo con una denominación.
El cristianismo está demarcado por
algo básico y trata de una relación personal con Dios y su hijo Jesucristo;
pero pertenecer o identificarse con una confesión religiosa o con un líder en
particular no hace salvo a nadie.
Que la tarea sea ver a quién estamos
obedeciendo, por que el mañana eterno estará marcado por lo que hagamos hoy.
PREGUNTA: A quién cree y obedece
usted?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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