“…conozcan
los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien
él quiere lo da…” (Daniel
4:17)
Constantemente y alrededor del mundo
llamado democrático, se realizan eventos que permiten “elegir” a los
gobernantes de municipios, distritos, regiones o naciones enteras. Marcamos entre comillas, pues
bíblicamente podemos afirmar que ésta es
una figura utilizada por la sociedad moderna; pero es la voluntad soberana de
Dios la que dispone y no la del pueblo o
los corruptos sobre aquellos que los han de gobernar.
Desde tiempos antiguos, ha sido el
Señor quien quita y pone reyes (Daniel 2:21).
No tenemos que ir muy lejos para encontrar ejemplos como Saúl, David, Salomón o
hasta el mismo Acab; y en lo tiene que ver con pueblos paganos, los gobernantes
de Egipto, Asiria, Caldea o Babilonia fueron apenas instrumentos en Sus manos.
Dios llama a los
cristianos hoy, a estar sujetos a los gobiernos no importando si son los
adecuados o no, pues Él permite en cada caso lo que merece cada pueblo (Daniel 4:17). Debemos partir de que este es un
mundo caído, que se corrompe cada vez más y la política es sólo un instrumento
igualmente caído.
Nos llama a hacer uso del
voto como la herramienta para elegir sabiamente al menos malo y aunque siempre
habrá corrupción, Él sabrá usarlo todo para sus propósitos; pero nunca invita a
hacer proselitismo como vemos en las iglesias o a ser candidatos, que tarde o
temprano se dejan contaminar por el sistema.
Son muchos los ejemplos que debemos
ver como pena ajena, en los que politicos llamados cristianos dejan muy mal el nombre de
Cristo, o ministerios que enfilan todas sus baterías a lanzar y ubicar
políticos propios usando los votos de sus miembros.
Vale la pena reflexionar sobre esto y no simplemente ser
instrumento de hombres, que ostentando una llamada autoridad en Cristo, se
convierten en repudiables instrumentos de manipulación del enemigo sobre
comunidades que deben cuidar; pero espiritualmente hablando.
Pueden usar muchos versos sacados de
contexto; no obstante la verdad bíblica no puede ser cambiada y no encontramos a Cristo
o sus seguidores invirtiendo su tiempo en acabar con la idolatría, las orgías o
los injustos impuestos del gobierno de turno por la vía política.
Nunca invitaron a sus seguidores, a ser
parte de lo que se consideraría una clara desobediencia civil con postulados de
cambio salvo a través del Evangelio, por el contrario Jesús dio ejemplo pagando sus impuestos (Tito 3:1).
Dios nos llama a confiar sólo en Él y
no en hombres con propuestas de transparencia y honestidad humana (Jeremías 17:5). Esto es sólo otro engaño de
Satanás, pues la Biblia es clara al afirmar, que nada ni nadie arreglará este
mundo caído. La tarea es obedecer, respetar y orar por los gobiernos (Romanos
13:1-8).
Cuando los cristianos pensamos que
Cristo puede hacer alianzas con la política del mundo, corrompemos la misión de
la iglesia. Invertir tiempo y recursos en esto en vez de cambiar corazones con
la Palabra, nos pone fuera de la voluntad de Dios.
El cristianismo ha florecido por
siglos no importando lo impío de los gobiernos y la Gloria de esto es sólo para
Dios y ningún político llamandose cristiano debe apropiarse de esta. Necesitamos
ser la sal de la tierra y no simplemente conformarnos al mundo, tal vez podamos
emitir juicios bíblicos si se nos consulta e influir en ciertas decisiones;
pero las entidades políticas no son la salvación de nuestra ciudad, nación o el
mundo.
PREGUNTA: Confía usted en Dios o en
los políticos?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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