jueves, 7 de mayo de 2015

ANMISTÍA



“He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Salmos 51:5)

En todos los países y frente a diferentes circunstancias con algún grado de ilegalidad o descuido por parte de la comunidad, se llega a un tiempo llamado de amnistía. En el año 88, el gobierno de los Estados Unidos ofreció una de estas para que residentes ilegales, que llenaran ciertos requisitos de regularidad en el país y vida productiva regularizaran su permanencia y cambiaran su estatus a legales.

De igual forma esta figura se utiliza para permitir la puesta al día con los impuestos y otras irregularidades. Estos ciudadanos en su mayoría se acogen para evitar una serie de medidas de carácter punitivo en dinero y hasta cárcel, logrando así un borrón y cuenta nueva.

De la misma y elemental forma Dios ofrece una anmistía para los aceptan a Cristo como salvador, sólo que ésta es de mucho más valor que cualquiera ofrecida en la tierra.

Es sólo que la gente la ignora o está tan ocupada en su vida cotidiana que no tienen tiempo de verla o simplemente la rechazan. Hay de todo y lo que no se entiende es cómo si se acogen a eventos que solucionan problemas temporales, no lo hacen con el que soluciona la eternidad.

Es tan amplia la gama de pecado del mundo de hoy y se está tan lejos de la Biblia, que una amnistía no le cae nada mal al hombre. La Biblia dice que nosotros hemos sido concebidos en pecado y lo vemos en nuestro diario vivir. Robo, corrupción, muerte, violación y todas las formas de violencia en su peor estado de aberración.

El no aceptar esta amnistía supone una separación eterna de Dios con unas consecuencias irreversibles de muerte espiritual (Romanos 6:23). Cualquier asunto en la tierra tiene solución, se puede iniciar una vida nueva y libre de cualquier castigo; pero el infierno será una condición que no se puede echar atrás.

PREGUNTA: Qué le impide a usted aceptar esta amnistía?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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martes, 5 de mayo de 2015

CLANDESTINO




El hombre malo, el hombre depravado, es el que anda en perversidad de boca; que guiña los ojos, que habla con los pies, que hace señas con los dedos. Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo” (Proverbios 6:12-14)



Mirando la sociedad de hoy y si la comparamos con la de 60 años atrás, nos encontramos con un destape a todo nivel. No sólo la ropa de las mujeres es más liviana y exhibicionista, sino que todas las formas de vida han entrado en una falta de pudor, respeto o vergüenza nunca visto antes.


El adulterio o la fornicación ya no se llevan en la clandestinidad y los moteles que se prestaban para estas prácticas van hacia la quiebra; simplemente se tiene un apartamento con una vida paralela o se propicia desde la misma casa cuando se recibe a la pareja de los hijos en sus habitaciones.


El corrupto ya no hace el giño de ojo o las señas con los pies como lo describe la Biblia, sino que pide abiertamente su mordida y muchas veces hasta está respaldada por los vacíos de las leyes del  hombre. El que extorsiona ya no manda una carta con letras de una revista, sino que se presenta en persona con un arma y amenaza abiertamente.


La palabra de Dios es denunciada como algo retrógrada y fuera de contexto por los que en ella misma son mostrados como pecadores y lo hacen argumentando que estamos en una sociedad que ha evolucionado, que es pluralista y que defiende a las minorías.


Obviamente son éstas mismas minorías que condena la Palabra por su pecado, pero cuyos tentáculos han llegado a la presidencia de multinacionales o el gobierno, al congreso y a entes influyentes con el propósito de legalizar sus aberrantes formas de vida.


No tenemos siquiera que enumerar el triste listado de hombres y mujeres con sus posiciones antinaturales (homosexuales, lesbianas y otros), que hundidos en su degradación pretenden que el mundo les dé un espacio, cuando frente a Dios no lo tienen, no lo tendrán y recibirán lo que merecen.


El mundo de hoy está descrito en la Biblia y es algo que ya estaba previsto por el Señor, sin embargo es un tema de orar por los perdidos y el pronto regreso de Cristo igualmente previsto para llevar Su iglesia.


PREGUNTA: Cree usted que todavía hay algo en la clandestinidad hoy?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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