martes, 7 de mayo de 2013

SIN EL ESPÍRITU



“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19)

Dentro de los privilegios del creyente de acuerdo a la Biblia, está el haberse convertido en templo del Espíritu Santo. Una vez que se acepta al Hijo de Dios como Señor y Salvador, el Espíritu de Dios viene a habitar en el nuevo Cristiano y esto tiene unas implicaciones definitivas para su vida.
Comienza un proceso de santificación que va hasta el momento en que abandona su cuerpo mortal. Es por esto que vemos transformación en la vida de los hijos de Dios, apartándose del alcohol, la droga, la fornicación, adulterio o de cualquier práctica propia del mundo.
Obviamente esto está sujeto a la disposición que hay en el corazón del creyente. Un encuentro genuino con Dios, representa un cambio permanente y voluntario, orientado a agradar a Dios en todo. Otro tipo de encuentros como  los que describen estos versos en la parábola de la semilla, dará como resultado conductas inadecuadas y de pobre testimonio. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7:16)
Basta ver los periódicos con escándalos que relacionan a mal llamados “cristianos”, en conductas censurables a los ojos de Dios y de los hombres. Individuos que no dejan ver a Cristo en sus vidas y de los cuales nada se puede esperar por la NO intervención transformadora del Espíritu Santo.
Recuerde que sin aceptar a Cristo como su Señor y sin compromiso, no hay la intervención del Espíritu.

PREGUNTA: Ha experimentado usted esa transformación del Espíritu Santo en su vida?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

jueves, 2 de mayo de 2013

A BUZÓN



Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6)

Años atrás cuando la única opción de comunicarse era un teléfono fijo o una visita, se sentían menos el rechazo, la grosería o indiferencia. Al marcar se dejaba timbrar en varias ocasiones y si no había respuesta, la impresión era simplemente de “No están”.
Hoy el asunto es distinto, pues en el celular, correo o redes sociales se sabe cuando lo mandan a buzón o lo leen y en resumidas, uno sabe cuando es rechazado.
Ocupación, egoísmo, grosería, mala educación o cualquiera sea el motivo, el hombre siempre tendrá una excusa para posponer la necesidad del otro. Hace años me encontré con un pastor que al momento de solicitar hablar con él unos minutos, simplemente me mandó a hablar con su secretaria. No ha sido la única experiencia y este es el comportamiento aún en la iglesia de Cristo, cuando al que está en necesidad se le dice: “Por favor llámeme a la oficina y en horas hábiles”
Sin embargo vemos en la Biblia que el señor Jesús siempre estuvo disponible para el que lo necesitaba. Vemos que Dios siempre está listo a escucharnos. Obviamente su posibilidad de Omnipresente se lo permite; pero qué hay cuando el necesitado toca a mi puerta o al celular?
Gracias a Dios, por que en Él siempre encontramos la escucha, el consejo, la ayuda, la provisión, el consuelo y sobre todo con un carácter oportuno, inmediato, ya mismo y no “nos manda a buzón o a llamar a Su secretaria”.

PREGUNTA: Que siente usted cuando lo mandan a buzón?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –