“Porque el Señor me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde mi
morada” (Isaías 18:4)
Aunque no
lo crea Dios está pendiente de su circunstancia y sólo está esperando que usted
crezca en aspectos que usted no ve; pero Él si. En relatos bíblicos como el
anterior, vemos esa capacidad de esperar de Dios y que sólo le puede dar su
Todopoder. Él puede o no intervenir en su vida, en el momento que lo considere
oportuno y con o su consentimiento.
En esa
ocasión, el pueblo judío estaba pendiente se recibir un ataque, no obstante
Dios necesitaba que ellos aprendieran algo y es el caso suyo. No sería oportuno
que usted le preguntara a Dios “para qué y no porqué”?. A pesar de ser
creyentes, nos rehusamos a depender de Él y un velero nunca de va mover sin sus
velas desplegadas.
Cuánto
tiempo esperó el señor Jesús para acudir a casa de sus amigos en la muerte de
Lázaro, y no es que Él no supiera lo ocurrido o que no le importara; pero
estaba esperando el momento justo para dar testimonio no sólo de su condición
de Dios, sino para que muchos otros creyeran incluyendo a Marta y María.
La Biblia
registra muchos de estos aparentes retrasos y lo cierto es que cuando estos
tocan nuestras vidas, parecen sin explicación e imposibles de superar; pero
debemos entender que son motivados por el amor, la omniciencia y sabiduría de
Dios; que los emplea para propiciar virtudes muy difíciles de desarrollar en
nosotros como lo son la dependencia, constancia, humildad y paciencia.
Dios se
toma Su tiempo, no está apurado y lo que para usted es mucho, para Él es sólo
una fracción de tiempo en la eternidad que lo caracteriza. No es indiferente
aún en sus circunstancias más cotidianas. Él está presente en su despertar cada
mañana, en su regreso a casa, en la flor que abre sus pétalos o en el ave que
muere en el jardín; sólo entienda que el horario de Dios es el mejor.
PREGUNTA:
Cree usted haber crecido ya en estas virtudes?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –