martes, 6 de septiembre de 2011

PARA TODO



Con el correr del tiempo y en la medida que nos vamos adentrando más en el claro tiempo de la “apostasía“que describe la Biblia, podemos ver la diversidad de doctrinas y tendencias dentro de la iglesia “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3,4)
 Cualquiera diría, que la iglesia Cristiana debe ser una; pero también es bíblico que se manifiesten estas diferencias. Si no fuera así, el Señor no se hubiera tomado el trabajo de escribir esto “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida” (Apocalipsis 2:7)
Cada una de estas cartas, nos muestra que existe un propósito único para la humanidad. El de la reconciliación con Dios a través de su hijo Jesucristo; pero también confirma el apartamiento de algunas tendencias de la doctrina bíblica.
La iglesia de acuerdo a la escritura debe tener estos parámetros básicos: Cristocéntrica “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema” (1 Corintios 16:22), Trinitaria “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) y Bibliocéntrica “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16); y cualquier cosa que se aparte de estos lineamientos es “maldición” “si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8)
Pero así como la Biblia bien empleada permite desarrollar una sana doctrina, también es utilizada para sustentar ideas erróneas. La Biblia es un solo libro de principio a fin, no importando los cientos de años empleados para escribirla o la posibilidad de ser escrita por cuarenta autores diferentes; pues estos fueron inspirados por el mismo Espíritu “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16)
Es muy importante tener en cuenta que ese desarrollo doctrinal y la afirmación del Creyente en la misma, sólo se hace de la mano de ese mismo Espíritu que la escribió: “El Espíritu Santo” y nunca de la de los hombres. Es el Señor mismo, quien da convicción en nuestro corazón, así como cuando creímos.
Ya lo hemos afirmado aquí y lo reiteramos, que cuando una iglesia no está  expuesta a la Palabra (Biblia), no puede ser transformada, ni establecida en una sana doctrina; pues puede haber mucha palabra de hombres elocuentes en el púlpito; pero poca Palabra bíblica transmitida con el denuedo del Espíritu.
Desafortunadamente, existen diversas interpretaciones que desvirtúan el verdadero propósito de Dios en la Palabra. Estamos hablando de que la Biblia, así como sirve para el propósito santo de Dios, también puede ser instrumento de satanás en sus planes. No debemos subestimar al enemigo, pues este  también conoce Palabra y mucho más que usted y yo “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19)
Coloquialmente hablando, la Biblia “da para todo” y debemos tener sumo cuidado, pues con un solo versículo, se puede armar y sustentar una doctrina. Este es un Libro que no se puede desmembrar para la enseñanza, ni siquiera en la clara diferencia del plan de Dios para su pueblo Israel y nosotros que somos el pueblo gentil (gentiles = toda etnia diferente a la judía).
Alguien dijo que un versículo fuera de contexto es un pretexto y “si alguien os anunciare otro evangelio, sea anatema”
PREGUNTA: Estamos siendo instruidos en la Biblia o en opiniones de hombre?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

jueves, 1 de septiembre de 2011

SALVOS?


Esta es una pregunta que deberíamos hacernos, todos aquellos que decimos haber recibido a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Esto en razón de evaluar si nuestro comportamiento se ajusta realmente a los parámetros bíblicos para un creyente “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17)
Es muy triste ver como entre personas que se llaman “Creyentes”, que deberían mostrar transformación en sus vidas, existen envidias, rivalidades, ingratitud, orgullo, traición, celos, hipocresía, rencor, mentiras, chismes, discriminación, juzgamiento, ataques verbales y hasta físicos. Cosas claramente rechazadas por Dios.
Qué diferencia hay entre lo descrito anteriormente y este relato bíblico? “habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:2-5)
Ninguna y será que este es el tipo de vida que Dios quiere para los que ha adoptado como hijos?
Lo peor de todo esto, es que cuando se les confronta con su pecado, se convierten en enemigos de aquellos que los invitaron por mandato bíblico al orden “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano” (Mateo 28:15) Algunos llamados líderes, convierten el púlpito en el sitio desde donde hacen sus ataques al que los confronta y hasta utilizan la Palabra sacada de contexto para justificarse, o en últimas y con un gesto de prepotencia le dicen: “hermano, si no le gusta así, ahí está la puerta”. Otros de menos rango, le hacen la vida imposible, impidiendo así toda opción de servicio en la obra y por último, si es un “hermano o hermana”, en el mejor de los casos le quita el saludo.
Será que usted no ha visto o sentido esto en su congregación? “De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así” (Santiago 3:10)
Algo muy grave pasa  al interior de la iglesia; pero esto será tema de otra reflexión!
Muchas veces y aunque esta no es la idea de Dios para los llamados “hermanos en la fe”, con tristeza pensamos que es posible tener mejores y más leales amigos en el mundo que en la iglesia. El incrédulo no se ocupa de juzgar, pues su condición y convicción al saberse pecador no se lo permite, mientras que los creyentes nos hacemos algo más que el mismo Dios para hacerlo “¿dónde están los que te acusaban?.......... Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8: 10,11)
Lo cierto es que la Biblia también dice que “Por sus frutos los conoceréis……todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mateo 7:16,17) Ay de aquellos que abusan de la sagrada responsabilidad del liderazgo “…no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación” (Santiago 3:1)
Pero queriendo ser también fieles a la Palabra en lo que toca al comentario sobre otros,  “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros” (Santiago 4:11), la invitación a los Creyentes es, a hacernos un exiguo examen sobre nuestra conducta de cara a la Biblia, pues la misma nos advierte por una parte, que nos guardemos de aquellos “que vienen a nosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15); y nos invita a entregárselos al Él, perdonando su condición y a marginarnos del asunto: “a éstos evita” (2 Timoteo 3:5)
PREGUNTA: Estaremos cumpliendo en algo los requerimientos bíblicos de los salvos?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –